Monumento a la Revolución, ícono de la capital

Nacido de la intención de crear un recinto legislativo en el marco de la conmemoración del primer centenario de la Independencia de México, el Monumento a la Revolución se convirtió en ícono de la capital del país.

Con su plaza, cúpula y esculturas, su inconfundible estructura nos evoca la heroica revuelta mexicana de la que emanaron las instituciones con las que contamos.

Aunque sus pilares de piedra y su cúpula de bronce se aprecian desde diversos puntos de la CDMX, su interior no le pide nada a otros monumentos, pues su mirador a más de 60 metros de altura permite al visitante apreciar la belleza de la capital del país con una visión de 360 grados.

Aunque no es todo, pues su haz de luz y las fuentes danzantes que lo iluminan forman parte de su atractivo visual, convirtiéndolo en punto de reunión de familias y jóvenes, quienes aprovechan el espacio lo mismo para aprender, que para divertirse.