Devastador descenso de la vaquita marina
Un nuevo estudio, realizado con una sofisticada red de detectores acústicos, documentó “un devastador descenso” de hasta 34 por ciento anual de la marsopa conocida como vaquita marina, en aguas del Golfo de California, su único hábitat. La investigación, publicada esta semana en la revista especializada Conservation Biology, usó 46 detectores acústicos para identificar los […]
Un nuevo estudio, realizado con una sofisticada red de detectores acústicos, documentó “un devastador descenso” de hasta 34 por ciento anual de la marsopa conocida como vaquita marina, en aguas del Golfo de California, su único hábitat.
La investigación, publicada esta semana en la revista especializada Conservation Biology, usó 46 detectores acústicos para identificar los chasquidos de eco-localización de los diferentes ejemplares de lo que se considera el mamífero marino en mayor peligro de extinción en el mundo.
Los detectores revelaron que la actividad acústica de la vaquita marina declinó en un 80 por ciento en la parte central de la zona donde se distribuye la especie, entre 2011 y 2015. Dos modelos estadísticos estimaron una tasa anual de declive del 34 por ciento.
El estudio fue realizado por investigadores del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) de México y de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos.
Un artículo adjunto, publicado en la revista Conservation Letters, utiliza tanto los datos registrados a través del sondeo acústico, como el de censos visuales, para estimar que el número de ejemplares existentes de vaquina marina era de sólo 60 el año pasado.
La vaquita marina habita sólo en las aguas del norte del Golfo de California, en México, e históricamente su población se ha reducido debido a la captura accidental en redes agalleras.
La pesca ilegal con redes agalleras de la totoaba, otra especie en peligro de extinción, ha resurgido recientemente en la zona de distribución de la vaquita marina.
De acuerdo con la investigación, el lucrativo y oculto mercado de fauna con China, por la vejiga de la totoaba, “probablemente ha incrementado la mortalidad por captura accidental de la vaquita en una cantidad desconocida”.
El estudio estableció que el monitoreo de la población por medio de censos visuales es complicado porque las vaquitas son difíciles de ver por su naturaleza y además se han vuelto tan raras que las tasas de avistamiento son muy bajas.
Sin embargo, sus chasquidos de eco-localización pueden ser identificados certeramente con detectores acústicos especializados.
Para salvaguardar a la vaquita marina, el gobierno de México promulgó una prohibición de emergencia de dos años para el uso de redes agalleras en toda la zona donde se distribuye la especie, con el fin de prevenir su extinción.
La medida incluye una inversión de 74 millones de dólares para compensar a los pescadores afectados.
La investigación destacó que el desarrollo de métodos precisos de monitoreo acústico ha permitido exponer la severidad de la baja de la vaquita marina y enfatiza la necesidad de un seguimiento para manejar efectivamente a especies críticamente amenazadas.