Coincidencia del destino: Granma, el yate Veracruzano que comandó Fidel Castro hacia la Revolución Cubana

Fidel Castro podría ser el único personaje en la historia que partió el mismo día, 25 de noviembre, pero en diferentes años.

La primera vez a bordo del yate Granma, en 1956, luego de su estancia en México, donde planeó la Revolución Cubana.

La segunda, el día de su muerte, el 25 de noviembre de 2016, exactamente 60 años después de que dejó el territorio mexicano, por Tuxpan para regresar casi 30 años más tarde a la inauguración del Museo de la Amistad México-Cuba.
“Cuando llegan aquí el norteamericano les puso como condición que les vendía el yate pero les vendía la propiedad también” dice Alberto Rosas Lara, guía turístico Casa México-Cuba.

El museo aún conserva la construcción original de la que  fue su última morada en México, antes de ser Fidel, el que derrocara a Fulgencio Batista en la isla cubana, con la baja de 70 revolucionarios provenientes de nuestro país.

“Cuando llega a La Habana, Castro, toda esa gente estaba del lado de él y lo estaba apoyando y es cuando la Revolución triunfa el 1 de enero del 59”.

El Gobierno de Cuba regaló al museo mexicano una réplica del yate, en tamaño original; sin embargo un fenómeno natural lo arrebató de tierras veracruzanas.

“Hubo una inundación en el 99 y el río arrasó con lo que alcanzaba a su paso y ya no se puso rescatar y desgraciadamente la réplica se perdió”.

Desde estas aguas y territorio veracruzano donde Fidel Castro zarpó en el yate Granma con 82 hombres en la búsqueda de escribir una nueva historia para Cuba.

“Hay que volver a Tuxpan y hay que partir de nuevo, a bordo del Granma cada vez que las circunstancias lo ameriten”, dijo Nicolás Maduro durante el homenaje póstumo a  Castro en Cuba.

Dalila Escobar