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Jueves 21 de Noviembre 2024

12 de marzo de 1812 nació Ignacio Comonfort

 

Militar y político mexicano, presidente de la República entre 1855 y 1857. En 1832 se sumó al movimiento del general Antonio López de Santa Anna contra Anastasio Bustamante, alcanzando el grado de capitán de caballería. Hasta 1834 fue comandante militar del distrito de Izúcar de Matamoros. Posteriormente se enfrentó a Santa Anna, cuya política rechazaba, y fue diputado […]


Militar y político mexicano, presidente de la República entre 1855 y 1857. En 1832 se sumó al movimiento del general Antonio López de Santa Anna contra Anastasio Bustamante, alcanzando el grado de capitán de caballería. Hasta 1834 fue comandante militar del distrito de Izúcar de Matamoros. Posteriormente se enfrentó a Santa Anna, cuya política rechazaba, y fue diputado al Congreso de la Unión. En 1847 fue ayudante del ejército durante toda la campaña del Valle.

En 1854 Comonfort se unió al viejo insurgente Juan Álvarez y a los liberales desterrados de Nueva Orleáns para proclamar el Plan de Ayutla, que terminaría con el derrocamiento de Santa Anna. Durante el breve gobierno liberal de Álvarez se habían decretado leyes en que cristalizaba la nueva ideología en el poder. La primera de ellas fue la ley Juárez; elaborada por el ministro de Justicia, suprimió parcialmente los fueros y abolía los tribunales especiales para delitos del fuero común. Los tribunales eclesiásticos y militares ya no podrían encargarse de los individuos que no pertenecieran a su corporación.

La ley orgánica del Registro Civil creaba un sistema de control civil y secularizaba los cementerios, con lo que se quitaban aún más facultades a la Iglesia. Hasta el momento, ésta se encargaba de todo lo relacionado con nacimientos, matrimonios y defunciones.

Por más que Comonfort insistió en que no había oposición entre la doctrina católica y las libertades civiles, los conservadores, mediante José Bernardo Couto, respondieron que ante los derechos de la Iglesia el poder temporal tenía que ceder o sucumbir. El Papa se quejó de las que consideraba persecuciones sufridas por los católicos y con ello los conservadores se sintieron autorizados para erigirse en soldados de la fe.