Un país dividido por su Presidente
En algunas encuestas publicadas este fin de semana, se puede observar que la aprobación del Presidente de la República, ha descendido considerablemente; lo sitúan en el 50.1% de aprobación, otras en un 48% y algunas más en un 46.3%.
Por: Kenia López Rabadán*
Como rechazo a las políticas aplicadas por la Cuarta Transformación, en tan sólo en año y medio de gobierno, logró que ciudadanos inconformes de más de setenta ciudades de la República, salieron este sábado a exigir la renuncia del Presidente López Obrador.
No se trata de una manifestación realizada por partidos o líderes políticos, se trata del hartazgo social ante los bandazos que esta 4T ha optado como forma de gobierno. Como respuesta a la poca seriedad que se ha tenido para tratar el tema de la pandemia, y la serie de estrategias irresponsables que se han implementado para ahuyentar la inversión privada en medio de la peor crisis económica y de desempleo.
Es más, en algunas encuestas publicadas este fin de semana, se puede observar que la aprobación del Presidente de la República, ha descendido considerablemente. Algunas, lo sitúan en el 50.1% de aprobación, otras en un 48% y algunas más en un 46.3%. Lo cierto es que esta pandemia ha puesto en tela de juicio las políticas implementadas por el gobierno federal en temas tan sensibles como la salud, la seguridad y la situación económica de millones de mexicanos.
No obstante lo anterior, desde distintos medios, se trató de deslegitimizar el movimiento del pasado 30 de mayo, argumentando que la clase social que había salido a manifestarse era la acostumbrada a los privilegios. De hecho, el propio titular del Ejecutivo Federal en un video difundido el domingo, estigmatizó a los manifestantes como parte del conservadurismo, al señalar “que sigan articulándose nuestros adversarios, conservadores, con todo respeto, muy corruptos, porque no quieren perder sus privilegios, muy individualistas, con poco humanismo, porque no les importa el otro, no les importa el prójimo”.
Ese tipo de declaraciones por parte del Primer Mandatario del país, en lugar de generar inclusión y paz social -como él tanto pregona-, abona aún más a una división entre buenos y malos; ricos y pobres; amigo o enemigo de la 4T.
El Presidente y la 4T deben entender que la sociedad mexicana es plural, y sobre todo, que no se gobierna exclusivamente para los que están de su lado, sino para todas y cada una de las personas que viven en este país. Aún están a tiempo de darse cuenta que las cosas no están bien, pueden enmendar el camino y dejar de desestimar a todo aquél que los confronta. Es momento de ser responsables y de actuar en favor de los mexicanos, no de dividirlos.
*Senadora. Presidenta de la comisión de Derechos Humanos