Transporte público
Bueno, a todo eso habrían de agregarse dos temas. El primero, la relación de algunos choferes con delincuentes y en la segunda, analizar condiciones y formas en las que dan a trabajar las unidades.
El Pico del Pollo |
Por: Alfredo Albíter Sánchez
Platicamos sobre la intención de presentar un documento cuyo punto central sería la aceptación de usuarios, de un incremento a las tarifas del transporte público a partir del próximo año. Dijimos también, no estaba hecho al aventón, pues se pretendía, desde un principio generar, incluso, la percepción de aceptación, aunque demostraran lo contrario.
A eso añadimos comentarios de transportistas en el sentido de haber instalado cámaras de seguridad en unidades que sólo servían para que la delincuencia hiciera TikTok, vaya, se burlan de los métodos de seguridad.
Bueno, a todo eso habrían de agregarse dos temas. El primero, la relación de algunos choferes con delincuentes y en la segunda, analizar condiciones y formas en las que dan a trabajar las unidades.
La rabadilla del Pollo
Pollos en el tejado me dicen que la aparición de monta choques en Paseo Tollocan -por desgracia no es bueno-, pero es de esas cosas o hechos a los cuales no debemos acostumbrarnos o verlos como parte de un folklore, donde la mejor anécdota es “a mí no me ha pasado, pero sí lo creo”…
A decir, incluso de algunos elementos policiacos, en las últimas semanas se han conocido varios eventos protagonizados por siete u ocho sujetos. En bola descienden de las “unidades” para presionar a quien les pegó y obligar a pagar de 10 a 30 mil pesos…
Quienes se oponen a ello son amenazados, amedrentados y hasta golpeados. El modus operandi es el mismo -como si se tratase de una obra- cada uno sabe el papel que le toca jugar. Mientras dos presionan e intimidan al otro conductor, otro par se mete al auto de la víctima para sustraer objetos personales, pero sobre todo, para ubicar documentos como licencia de manejo, credencial del INE o algún otro papel que muestre domicilio…
Uno más finge estar del lado de quien están agrediendo, para evitar se paren otros conductores a ayudar…
Los vehículos suelen portar placas de la Ciudad de México, de Michoacán, Guerrero o del Estado de México y son de modelo reciente, digamos unos cinco años atrás. Las versiones coinciden en las marcas, colores y algunas características especiales que los hacen identificables. Dos han sido las rutas de escape usadas, hacia la Ciudad de México o al bulevar Aeropuerto o al centro de la capital mexiquense para desviarse a calzada del Pacífico…
No sé cómo se vea de ese lado, pero de este, parece ser mucha información para lograr la captura de los delincuentes. Eso es lo que se pensaría, pero la policía tiene “otros datos” y a pesar de todo lo que hemos narrado, que a su vez nos contaron, no hay detenidos, ni rastros de sujetos o vehículos.
Al menos eso es lo que dicen, ya veremos qué pasa con el tiempo…
Por hoy, cierro pico. Shalom.
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