Reconoce-Te
Este espacio cede la “palabra escrita” a una gran mujer que tiene la libertad absoluta para expresarse; a ella, a ellas, nos unimos. Por supuesto, respetamos el texto íntegro y la petición de reserva de su nombre.
Reconoce-Te
El Pico del Pollo |
Las mujeres que se reconocen a sí mismas y que reconocen su poder interior, no se lo regalan a nadie, ni se compran ni se venden. Tampoco escuchan las voces exteriores que las debilitan…Las mujeres que se reconocen a sí mismas y que reconocen su poder interior, comparten su vida con hombres que veneran su sensibilidad, que aceptan sus heridas… y no las castigan por ello…Las mujeres que se reconocen a sí mismas y que reconocen su poder interior, aprendieron a sanar cada una de sus células. Son mujeres que no culpan ni condenan a nadie. Son mujeres que han aprendido a susurrar al oído bellos poemas y a gritar sus verdades al viento…Las mujeres que se reconocen a sí mismas y que reconocen su poder interior, comprendieron que el único camino posible es el camino del auto conocimiento…Son mujeres que se nutren desde dentro, que alimentan a sus almas y a sus corazones con las canciones de sus ancestras y que no temen a sus demonios internos…Son mujeres que aceptan su vulnerabilidad. Son mujeres que bailan desnudas a la luz de la luna. Son mujeres que saben que su valía no depende de la opinión de ningún hombre ni de ninguna mujer. Son mujeres fuertes que no temen a la soledad…Son mujeres que miran a los ojos con ternura. Son mujeres cuyas manos sanan, cuidan y miman al otro. Son valientes y permiten que el dolor las atraviese. Son libres y saben que todo tiene un precio y que vale la pena, ¡que todo vale la pena!…Las mujeres que se reconocen a sí mismas y que reconocen su poder interior no intimidan. Incluyen, apoyan, alientan y nutren al que tienen enfrente. No por egoísmo, ni por miedo a la soledad, sino porque se saben magas, creadoras, sustentadoras de vida, y cumplen con su cometido…Cuando te encuentres con una mujer así, la reconocerás al instante… y te reconocerás en ella… sentirás su esencia y verás que tú eres como ella… ¡que tú eres ella!…Shalom.
Por: Alfredo Albíter Sánchez
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