Números sólo números
Lo más simple, es decir hasta aquí le paramos, se cierra y listo. Habrá quien lo haga, pero hay otros cuya vida y dedicación está en este tipo de negocios y por supuesto, no es fácil abandonar algo que significa una forma de vida.
El Pico del Pollo |
Por: Alfredo Albíter Sánchez
Todo lo que se pueda contabilizar, restar, dividir, sumar va a ser motivo de interpretación y se inclinará para cualquier lado, dependiendo lo que se quiera dar a conocer, comparar o simplemente mencionar. Cómo no volver los ojos hacia un caso diario, en donde el manejo de cifras se cuestiona un día sí y el otro también, pero quien da a conocer esos números los usa para conveniencia, no sé si propio o de quien representa, pero sí para establecer un rumbo con la numeralia…
Bueno, pero eso es en el plano nacional y por esta ocasión sólo quiero referirme a lo local. Representantes del sector empresarial, concretamente el relacionado a los bares y restaurantes observan que el sector podría recibir hasta 500 millones de pesos por este muy largo Buen Fin.
Si lo vemos desde la perspectiva de quienes se han quedado sin empleo, tuvieron que cerrar sus establecimientos porque las rentas y otros gastos se comieron su poco presupuesto, pues sin duda se trata de un mundanal de dinero. Serviría para mantener a cualquier cantidad de familias, reparaciones en escuelas y adquisición de insumos para hospitales. Algo así, aunque reconozco que faltan muchas cosas más por mencionar, pero sólo es para establecer una especie de parámetro.
Como no es así, los 500 millones de pesos no servirán a los afiliados a la Asociación de Bares y Restaurantes de mucho. Me explico. Quienes aún funcionan deben pagar rentas, permisos, salarios, insumos y muchas cosas más, amén de los gastos realizados durante la pandemia, salidas de dinero que no han tenido reciprocidad –me refiero a que se gasta, pero no se gana-, lo que complica aún más su situación.
Es cierto que estos 500 millones de pesos representan un alivio, y como dicen más vale poco a nada, el tema no está en eso, sino en la decisión de seguir apostándole a una recuperación que a ciencia cierta se desconoce cuándo sucederá.
Lo más simple, es decir hasta aquí le paramos, se cierra y listo. Habrá quien lo haga, pero hay otros cuya vida y dedicación está en este tipo de negocios y por supuesto, no es fácil abandonar algo que significa una forma de vida. Ya ni hablar de las familias que dependen de lo que suceda con este tipo de establecimientos.
La rabadilla del Pollo
Pollos en el tejado me dicen que siguen pasando los días y aspirinas a alcaldes y diputados -locales y federales- se truenan los dedos de la mano por no saber qué hacer. Ya se acercan las fiestas decembrinas y por supuesto las vacaciones de esta temporada y la mayoría sigue sin saber para dónde o cómo jalar…Sólo unos cuantos son quienes ya avanzaron en su camino -eso sí, sin romper las reglas- pero avanzaron, los otros están a la espera de que les caiga un rayo divino. Hay quienes, en el norte del estado, con todo y asociación se quedarán chiflando en la loma y se quedarán como el perro de las tres tortas. Jujuju. Por hoy, cierro pico. Shalom. Mi correo es: alfredo.albiter@capitalmedia.
