Nuestra Señora de Walsingham
En 1934, la capilla se restauró en una obra emprendida por el episcopado católico inglés, se le declaró Santuario Nacional de Inglaterra y se restablecieron las peregrinaciones.
Roberto O’Farrill Corona
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La veneración a la Virgen María en Inglaterra, como su santa Patrona, se relaciona con la casa de María en Nazaret, con una revelación a una vidente, una experiencia mística de ubicuidad, dos hermosas imágenes sedentes y un santuario edificado por ángeles emplazado en el poblado de Walsingham, condado de Norfolk.
-La vidente: Lady Richeldis de Faverches, tuvo la gracia de ver a la Virgen María en esta aparición, considerada como una de las primeras mariofanías, como respuesta a su ferviente amor por ella y a sus deseos de honrarla y venerarla. En 1061, Lady Richeldis fue objeto de tres visiones en las que la Virgen le mostró su casa de Nazaret en la que recibió el Anuncio del arcángel san Gabriel y la Encarnación del Verbo de Dios en su seno virginal, y le pidió que edificase una réplica de la casa en Walsingham para que los peregrinos que allí acudiesen recibieran su protección. Además, le presentó una promesa: “Quien busque mi ayuda, no se irá con las manos vacías”. Lady Richeldis era esposa del landowner de Walsingham Manor, y por su generosidad se ganó el apelativo de Rychold, que significa “Rica y justa”. Tras su muerte, en 1145, sus propiedades las heredó su hijo Geoffrey.
-El santuario primigenio: En una experiencia mística de ubicuidad, la Virgen María llevó a Lady Richeldis a Nazaret, donde le pidió que tomara las medidas exactas de su casa para reproducirla en Walsingham a fin de que en Inglaterra se venerara la Anunciación como inicio de la Redención de la humanidad. Rychold encontró dificultades para construir la casa, pues las medidas no fueron comprendidas por los constructores, pero, tras una noche de oración, escuchó cantos celestiales que la hicieron salir al jardín donde vio la casa finamente terminada, a 200 metros del lugar donde se edificaba la primera, y vio a varios ángeles que salían de ella luego de terminar su construcción en madera, de 7.5 por 4 metros, con cuatro pequeñas torretas y una torre central. Ella, por su parte, edificó una capilla de piedra para contenerla en su interior y protegerla del clima. Antes de partir a la segunda cruzada, Lord Geoffrey de Faverches confió la Casa al capellán Erwin con la encomienda de construir una capilla más grande así como un monasterio para que los monjes la tuviesen en buen resguardo. Pronto se hizo destino de peregrinaciones tan abundantes como las que partían a Jerusalén, Roma y Santiago de Compostela, peregrinaciones que la convirtieron en el santuario de Nuestra Señora de Walsingham.
-El nuevo santuario: De entre los peregrinos que acudieron al Santuario, que adquirió gran fama por los muchos milagros que la Virgen concedía por su intercesión ante su divino Hijo, allí estuvieron los reyes Enrique VIII y Catalina de Aragón, pero durante la reforma protestante, emprendida por el mismo rey, en 1538 el santuario y el monasterio fueron saqueados y destruidos, y el lugar quedó desolado hasta que la devoción a la Virgen de Walsingham renació gracias a la reconstrucción y restauración emprendidas hacia 1890 por una amable y rica mujer de nombre Charlotte Boyd, quien además tuvo la providencial idea de restaurar un antiguo establo ubicado a una milla del Santuario, lugar donde los peregrinos solían despojarse de sus sandalias para recorrer descalzos el último tramo del peregrinaje, establo que quedó transformado en una exquisita capilla conocida como Slipper chapel o “Capilla de la Sandalia”, sitio que recibió su primera peregrinación, procedente de King’s Lynn, el 20 de agosto de 1897.
-La imagen: Lady Richeldis había colocado en la Casa edificada por los ángeles una escultura de la Virgen María con el Niño Jesús en su regazo, elaborada en madera, de estilo románico, originaria del siglo IV, que siempre fue muy venerada en el Santuario hasta que en el saqueo y destrucción de 1538, el 14 de julio fue retirada para llevarla a Londres, donde fue quemada parcialmente junto con otras sagradas imágenes. A principios del siglo XX, la Cofradía de Nuestra Señora de la Redención colocó en el Santuario una nueva y bellísima escultura de la Virgen María con su divino Hijo en brazos, sedente, de estilo neorrománico, que fue coronada por el Delegado Apostólico, monseñor O’Hara, el 15 de agosto de 1954.
En 1934, la capilla se restauró en una obra emprendida por el episcopado católico inglés, se le declaró Santuario Nacional de Inglaterra y se restablecieron las peregrinaciones. El 27 de diciembre de 2015, el papa Francisco lo elevó a rango de basílica, pues ha vuelto a ser el santuario más visitado de Inglaterra, la Basílica de Nuestra Señora de Walsingham.