La sombra de la L-12
La herida se mantiene, sin responsables y, por lo visto, se cuidan los momentos políticos, ya que cada movimiento se convierte en una alerta que desactivan para evitar daños en personajes clave para Palacio Nacional.
Dobleces |
Por: Israel Mendoza Pérez
@imendozape
La tragedia de la Línea 12 del Metro es una sombra sobre la cuatroté. Manejada a cuentagotas, pasos lentos y bajo perfil. Hasta que se recordó aquella fatídica noche volvió a abrirse la herida. Incluso, para evitar daños en esta época electoral se benefició al partido en el poder y sus candidatos. Por ello es que la audiencia inicial sobre el desplome se aplazó hasta el 6 de junio. Un día después de las elecciones en seis estados.
A un año de la tragedia, sigue sin haber culpables, personas en la cárcel, reparación del daño, investigación, y el caso, se ha llevado a cabo en total impunidad. La “verdad histórica” es aplazada por Ernestina Godoy.
Desde 2013 se señalaron las deficiencias de la Línea 12, primero, el sobrecosto de 60 por ciento de la línea y, después, la suspensión, porque había un desgaste ondulatorio y una falta de mantenimiento grave. Esa es una de las obras con sello de la cuatroté.
Las empresas responsables de la obra se han mantenido tímidas. Carso Infraestructura y Construcción (CICSA), de Grupo Carso; Ingenieros Civiles Asociados (ICA) y Alston Company México integraron el consorcio constructor de la Línea-12del Sistema de Transporte Colectivo Metro (STC); sin embargo, hoy participan o están cerca en los proyectos faraónicos de la cuatroté.
El enredo en el que se encuentran los personajes políticos involucrados con la construcción de la Línea Dorada y el mismo consorcio tomó un camino complejo ya que los intereses económicos y políticos actuales evitan tener claridad en lo que ahora se exige, seguridad en lo futuro en esa misma obra que nació con fallas y fue solapada por funcionarios que en la actualidad deben respuestas.
Hasta el momento, la fiscalía de la ciudad se fue por la salida menos costosa, encontrar a los posibles responsables entre funcionarios de menor nivel y las empresas encargadas del supervisar el tramo colapsado en el que perdieron la vida 26 personas.
Lo que no se puede dejar de lado es que el consorcio de la Supervisión de la Obra Civil fue conformado por LITSA, IACSA y EINSA quienes firmaron el contrato con el Proyecto Metro del Distrito Federal (PMDF) número 002, el 26 de febrero de 2009, por un monto original de 175 millones de pesos, incrementándose a 240 millones de pesos. Entre sus responsabilidades estaba la verificación del cumplimiento de la calidad de la obra que se supervisa, la entrega de los programas, el control de los presupuestos, la entrega-recepción, liquidación y finiquito; así como la supervisión de trabajos de obra civil. Sin embargo, es el grupo de empresas que fallaron y sobre las que se debe investigar a profundidad.
La herida se mantiene, sin responsables y, por lo visto, se cuidan los momentos políticos, ya que cada movimiento se convierte en una alerta que desactivan para evitar daños en personajes clave para Palacio Nacional.