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Miércoles 04 de Diciembre 2024

La intromisión del gobierno federal en las elecciones

 

No se trata de campañas orquestadas, existe un vínculo público y notorio entre las bandas del crimen organizado con el primer mandatario de este país.


Kenia López Rabadán*

Este domingo, a pesar que el gobierno federal metió las manos en el proceso electoral, la oposición ganó en Aguascalientes y Durango. Desde el gobierno encabezado por el Presidente López Obrador, estaban desesperados y cometieron todo tipo de ilegalidades durante más de dos meses.

Utilizaron recursos públicos para promocionar a los candidatos de Morena. Algunos servidores públicos amenazaron a la gente con quitarles sus programas sociales. Utilizaron a los “servidores de la nación” para coaccionar el voto. Incluso, pactaron con el crimen organizado. Pero ese lema que tanto pregonaba Morena que iban a ganar 6 de 6, quedó en una más de sus mentiras. Ellos sólo saben mentir.

La alianza opositora ganó dos gubernaturas con una diferencia avasallante, pese a los intentos de Morena por amedrentar a la gente y disuadirlos de salir a votar. Por ejemplo, en Aguascalientes, el gobernador de Michoacán se paseaba con sus guardaespaldas por las calles de ese estado tratando de inhibir el voto. Pero ni eso les funcionó.

Tampoco sirvió que la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, mandara a sus movilizadores a Aguascalientes, porque perdieron por 20 puntos porcentuales. Por cierto, la señora Sheinbaum lleva tres derrotas al hilo: la primera en 2021 con la mitad de las alcaldías de la Ciudad de México; la segunda en 2022 con la poca afluencia para la revocación de mandato; y la tercera, el domingo, donde ni con todo y sus operadores comprando votos, pudieron parar a Tere Jiménez. Así como va la Jefa de Gobierno, también perderán en 2024 la capital del país.

Sin duda, hay que destacar que el árbitro electoral cumplió con su responsabilidad legal. Tanto el INE como los OPLES, demostraron que sin ellos, no se podrían llevar a cabo comicios libres, imparciales, legales y certeros. Ahora habrá que defenderlos de los embates del gobierno federal. Los mexicanos no podemos permitir que minen a los organismos electorales que fortalecen nuestra democracia.

A quien también hay que defender de los nexos del Presidente López Obrador con el crimen organizado, es al pueblo de México. La semana pasada, dos actores políticos de gran carrera afirmaron que este gobierno tiene un vínculo con el crimen organizado. Y aunque el Presidente intente minimizar sus declaraciones, la realidad es que sí protege a las bandas delincuenciales. 

No se trata de campañas orquestadas, existe un vínculo público y notorio entre las bandas del crimen organizado con el primer mandatario de este país. Desde el micrófono presidencial ha defendido a los delincuentes, los ha protegido y sin duda, ha pactado con ellos para ganar elecciones. La 4T no tiene vergüenza ni mesura.

México no necesita que se protejan a los delincuentes, le urge paz, justicia y buenos gobiernos.

*Senadora / presidenta de la comisión de Derechos Humanos