La Cuarta Transformación ¿a quién más transformará?
Desde muy temprana edad, la hoy Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, se forjó como una de las mujeres ícono en la cultura moderna mexicana, ya que su lucha por la legalidad, la llevó a alcanzar espacios inimaginables para las mujeres de su época; primero, siendo catedrática de la Universidad Nacional, después como la primera […]
Desde muy temprana edad, la hoy Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, se forjó como una de las mujeres ícono en la cultura moderna mexicana, ya que su lucha por la legalidad, la llevó a alcanzar espacios inimaginables para las mujeres de su época; primero, siendo catedrática de la Universidad Nacional, después como la primera notaria en ganar un concurso de oposición, Magistrada, Ministra de la Suprema Corte, Diputada Constituyente de la Ciudad de México, Senadora de la República y la primer Secretaria de Gobernación.
Para muchas mujeres, incluyéndome, representaba un baluarte de la lucha de las mujeres por lograr espacios en el poder público y para transformar la política mexicana.
El pasado primero de noviembre se hizo viral un video que muestra claramente el respaldo de la Secretaria de Gobernación a lo que se ha recriminado como una reforma inconstitucional: la Ley Bonilla, al afirmar que dicha reforma es “legal porque la norma es vigente y fue aprobada”, demostrando su aval, pero donde no deja duda es cuando, entre risas enfatiza: “para mi, la norma el legal y va a pervivir”.
Según la RAE, pervivir significa seguir viviendo a pesar del tiempo o de las dificultades, por ello, es absolutamente preocupante escuchar esas palabras de la mujer más poderosa de este gobierno.
Argumenta que el video fue grabado sin su conocimiento ni su autorización, sin embargo, eso no la exime de la responsabilidad de respaldar una ley que viola la democracia y la certeza, no sólo para Baja California sino para todo el país. Estos visos de autoritarismo deberían ser señalados por una jurista y no acompañados con risas y complicidad.
Ojalá no sigamos encontrándonos con este tipo de declaraciones que pueden dañar a nuestras instituciones, ya que durante años hemos luchado porque prevalezcan y se perfeccionen, no se destruyan a capricho de unos cuantos y para los intereses de algunos.
Como política, como feminista, como abogada y como mexicana, redacto con tristeza esta columna, ya que para muchas de nosotras, Olga Sánchez Cordero era un ejemplo y creí que ella cambiaría a la política, no la política a ella.
Por: Kenia López Rabadán*
*Senadora. Presidenta de la comisión de Derechos Humanos