La CNTE, la 22 de maestros y AMLO por la educación para la revolución
Sin ninguna razón sólida, la Coordinadora de Maestros disidentes de Oaxaca, Guerrero, Michoacán y Chiapas tomaron por asalto la Ciudad de México sólo para exigir la instalación de una mesa de negociación de la abrogación de la Reforma Educativa
Sin ninguna razón sólida, la Coordinadora de Maestros disidentes de Oaxaca, Guerrero, Michoacán y Chiapas tomaron por asalto la Ciudad de México sólo para exigir la instalación de una mesa de negociación de la abrogación de la Reforma Educativa aprobada por la mayoría calificada de legisladores. Pero lo peor fue la declaración de un paro indefinido de clases, en detrimento de la educación de los niños.
Se trata de las mismas agrupaciones magisteriales disidentes que acaban de afiliarse a la candidatura de López Obrador y luego de que el tabasqueño se comprometió a regresarles a los sindicalistas magisteriales el control de la educación y de convertir el Programa de Transformación Educativa de Oaxaca (PTEO) en el eje de la propuesta educativa de Morena.
En Oaxaca, la sección 22 de maestros, eje de la CNTE, había hecho un plantón en centros comerciales para impedir el libre comercio, cerrado las estaciones de autobuses y bloqueado el aeropuerto internacional local, ante la pasividad de las autoridades estatales.
Como ocurría cada año, la administración del gobernador priista Alejandro Murat parece que prefirió pagarles a los maestros de la 22 para que trasladaran sus protestas y plantones a la Ciudad de México, aunque en el fondo la agenda de la 22 es local: la exigencia de aprobación de la ley educativa estatal diseñada por la 22 y funcionarios del gobierno PAN-PRD de Gabino Cué Monteagudo.
Lo grave del asunto es que el proyecto educativo que quieren imponer la 22 y las secciones disidentes del SNTE es el PTEO de Oaxaca y López Obrador como candidato presidencial de Morena se comprometió a abrogar la Reforma Educativa peñista y dejar el PTEO como el eje de su propuesta educativa. Éste es un programa ideológico, comunitario, de colectivos sociales, socializante de organización de la educación, las escuelas, los niños y los padres de familia para una educación de confrontación con el neoliberalismo.
La CNTE y la 22 son el brazo político y sobre todo sindical de López Obrador. Pero su proyecto educativo es socializante. Una evaluación solicitada por la propia sección al Centro de Investigación y Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional en 2013 concluyó que el PTEO colocaba la oposición a la evaluación del nivel educativo de los maestros por encima de la propuesta pedagógica.
El PTEO privilegia la educación indigenista en una sociedad oaxaqueña con minoría indígena, crea “colectivos docentes” como grupos de poder para fijar y administrar la educación, entrega los recursos presupuestales educativos a los maestros y a su sindicato, y en los hechos refuerza el dominio sindical. El hecho de que los maestros movilicen su fuerza sindical hoy para bloquear la Ciudad de México como forma de presión para doblegar la autoridad del Estado sería un adelanto del activismo del sindicalismo disidente de la CNTE cuando López Obrador gobierne la República.
Al final, la 22 y la CNTE quieren convertir al maestro en un “agente del cambio social”, no en un educador. El PTEO pretende usar la educación para “practicar una política, una economía y cultura apegadas a la justicia, libertad, dignidad y democracia comunal”. La educación busca “cambiar estructuras de explotación”.
Política para dummies: La política es la habilidad para ejercer el poder sin que se note, no la brutalidad de tapar calles y buscar la represión.
Si yo fuera Maquiavelo: “Sin milicias propias no hay principado seguro; está por completo en manos del azar, al carecer de medios de defensa contra la adversidad”.
Texto por: Carlos Ramírez