La CDMX entregada a vándalos

De Oficio Reportero |

Si. Como suena, las autoridades que tienen la obligación de cuidar a la ciudadanía ayer, renunciaron, no a la nomina no, que va, renunciaron a hacer su trabajo. Pusieron a disposición de los delincuentes disfrazados de manifestantes embozados y entrenados para destruir, asaltar tiendas, saquear lo que puedan, romper cámaras de seguridad, enormes vitrinas, cortinas metálicas, vallas de madera o de metal, agrediendo a medios de comunicación como si a los reporteros, fotógrafos, camarógrafos, a los de radio, prensa y televisión que ven como enemigos estuvieran con la amenaza de agredirlos de forma cobarde, ventajosa y en pandilla.

El panorama anterior, fue hilvanado punto a punto con toda impunidad. Sin un solo elemento policiaco presente. Ni un solo guardia del orden. Nadie que representara a la fallida autoridad de la capital del país.

Hubo en el recorrido de casi 20 cuadras , millonarias pérdidas en el escenario que incluyo delitos como robo en pandilla, año en propiedad ajena, daño al inmobiliario urbano, incluyendo cámaras del C5, arrancadas a martillazos, porque además los delincuentes de la turba, llevaban martillos, como si se hubiera equipado a los mozalbetes que al final ni al principio ni al final, dijeron o gritaron de que protestaban.

Quién sabe quien armó con martillos a la turba, que además llevaba decenas de botes de pintura en aerosol que cuestan más de 100 pesos cada uno. No eran más de 300, pero la tercera parte de la marabunta era la que agredía brutalmente cuanto tuviera enfrente.

Los propietarios de comercios dañados, abortaron reunirse y enfrentar a los delincuentes disfrazados de impunes manifestantes que no cesaron de insultar al gobierno, a los transeúntes que terminaron por huir del grupo que iba avanzando de la avenida previa a la calle de Francisco y Madero para desembocar en el Zócalo. Suelos y muros pintados quedaron como testimonio de la impunidad y plena libertad en la que actuaron estos delincuentes que ya triunfaron pisoteando la Ley, el reglamento de Policía y Buen Gobierno.

El subsecretario de Gobierno, Arturo Medina fue mudo testigo de lo que estaba sucediendo. Mudo y con cubre bocas que ocultaba su asombro en el rostro. Ya después de casi cuatro horas de caos, en la calle de Palma, aparecieron elementos de los Granaderos, elementos que para controlar multitudes. Solo con escudos y extinguidores, convirtiéndose en objetivos con gran indefensión.

Como en el mundo al revés, los delincuentes eran los dueños y medida de las calles y del saqueo de tiendas de conveniencia que fueron violadas al romper las cortinas metálicas, de ropa deportiva que quedaron limpias . Tenis ropa, caja registradora, vitrinas destrozadas a martillazos. Botellas de licor, paquetes de cigarros, frituras, con todo lo que quisieron, arrasaron los intocables delincuentes. Con todo.

Nadie de la autoridad abría la boca. ´Ál terminar esto, seguramente habrá información, dijo el subsecretario de Gobierno Aruro Medina, testigo de todo lo que sucedió.

La presencia de elementos del H. Cuerpo de Granaderos también fueron testigos del  vandalismo, del caos, de la prepotencia, del alto grado de majaderías que lanzaban los mozalbetes.

No cabe duda que el haber entregado la capital a esta delincuencia, puede tener efectos en la otra delincuencia que con  razón se preguntará  porque si estos son intocables, nosotros no podemos serlo.

Con que saldrá la Jefa de Gobierno, Claudia Sheimbaum, para expresar la posición de la débil autoridad que encabeza. Como enfrentar las siguientes lecciones de destrozos, robos, daño a fachadas, saqueos, amenaza a los medios de comunicación y a población que ya no tendrá seguridad alguna de caminar por las calles sin el ´´Jesús en la boca de no quedar en medio de una manifestación´´, pregunta.

Finalmente la nueva realidad en medio de la Pandemia es  la de incluir este panorama.

sanchezcarrillo.tv