Iván Márquez contra Iván Márquez
Pulso Internacional | Este jueves la vida pública colombiana sufrió una tremenda sacudida con el anuncio realizado por Luciano Marín, mejor conocido como Iván Márquez, alguna vez número dos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia en el sentido de que un importante grupo de ex integrantes del grupo guerrillero recientemente desmovilizado tomaron la decisión […]
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Este jueves la vida pública colombiana sufrió una tremenda sacudida con el anuncio realizado por Luciano Marín, mejor conocido como Iván Márquez, alguna vez número dos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia en el sentido de que un importante grupo de ex integrantes del grupo guerrillero recientemente desmovilizado tomaron la decisión de volver a la lucha armada.
La razón esgrimida por Márquez es que a su juicio el Estado colombiano no ha cumplido con lo estipulado en los acuerdos de paz negociados en La Habana con el patrocinio del gobierno cubano y firmados en Bogotá durante la gestión del presidente colombiano Juan Manuel Santos Calderón.
En un tono más propio del discurso de la izquierda revolucionaria ramplona y cursi que se hizo presente en numerosas regiones de América Latina en las décadas de los años 60, 70 y 80 del siglo pasado, que de una izquierda contemporánea, Márquez intentó maquillar su renuncia a acatar los acuerdos alcanzados haciéndola parecer un renacimiento revolucionario cuya principal motivación es la lucha en pro de los intereses de las masas. Nada más lejos de la realidad y en eso tiene razón el presidente del país Iván Duque Márquez al calificar este anuncio como una amenaza procedente de un grupo formado más que por guerrilleros y luchadores sociales, por narcotraficantes, secuestradores y extorsionadores.
La renovada lucha entre una FARC revividas por Iván Márquez constituirá sin duda un nuevo frente del conflicto abierto que está teniendo lugar entre el gobierno nacional colombiano de Bogotá y el gobierno federal venezolano de Caracas en virtud de que Nicolás Maduro no desaprovechará esta oportunidad para darle refugio territorial y apoyo material a esta nueva iniciativa armada que busca debilitar al gobierno constituido colombiano, dirigido desde el Palacio de Nariño en Bogotá por el presidente Iván Duque Márquez y nunca estará de más decirlo, producto de un proceso incuestionablemente democrático.