¿Felicidad por decreto?
La Coyuntura |
En otra de sus disertaciones mañaneras el señor Presidente de la República salió con otra de sus estridentes afirmaciones. Ahora resulta que los mexicanos somos inmensamente felices, y tenemos que celebrarlo saliendo a las calles a cantar y a bailar y a repartir abrazos al por mayor. Creo que nunca habíamos recibido una noticia de esta envergadura y tenemos que aquilatarla en toda su dimensión y en todo lo que este hecho histórico represente y provenga de donde venga.
Desconozco de donde haya salido la afirmación y los elementos o razonamientos para decirnos que somos un pueblo feliz y que estamos a gusto de ser felices porque así nos lo ha dicho el señor Presidente de todos los mexicanos, y quien se ha preocupado día con día por nosotros, y es por ello que pontifica todas las mañanas para cubrirnos de las buenas noticias y que entendamos que pese a todos los avatares de la pobreza de la mayor parte de los mexicanos somos un país y un pueblo inmensamente feliz.
Carajo, ¿por qué no nos dimos cuenta antes de que somos un pueblo feliz? ¿Que los mexicanos vivimos en el país más feliz de la tierra y que comemos felizmente nuestros sagrados alimentos, y también aquellos que apenas tienen un mendrugo de pan para llevarlo a la boca? Claro está que me supongo que los ponentes se comen ese mendrugo de pan bailando y brincando de gusto y felicidad, porque las palabras presidenciales en ese sentido los llenan de felicidad, de gusto por su pobreza y mendicidad.
Según las palabras de felicidad del Presidente Andrés Manuel López Obrador. La fuente de tanta felicidad es el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, el INEGI como dicen algunos. Con la cara llena de felicidad el señor Presidente también señaló que ya no existe el mal humor social, y que por el contrario, en México y sus alrededores toda la gente está feliz. ¿Y sabe usted porque estamos felices aunque muchos no tengan siquiera para mal comer? Pues porque hubo alguien que se atrevió en base al articulo seis constitucional a que lo demuestre, y se lo demostrará con el estudio del INEGI.
Por lo pronto, y ante la exigencia y el derecho de un incrédulo solicitante de tener ese documento que muestre y demuestre que efectivamente somos felices aunque muchos mexicanos se estén muriendo de hambre y otros de alguna enfermedad porque no hay medicinas, ese contendrá levantamiento estadístico y distribución geográfica de la muestra. Y así lo afirmó el Presidente López Obrador, y que le contestara al solicitante de la información, pero que quería adelantar el hecho antes de que oficialmente se de a conocer, y que por esa felicidad el pueblo lo apoya porque es feliz, feliz, feliz.
Mire, francamente no sé qué le haya pasado al Presidente de la República. Quizá su perorata haya sido producto de una insolación, o un momento de efusividad porque alguien le dio un té de gordolobo o de muzuzuela. Y quizá se echó unos requisitos antes de llegar a la mañanera. Y mire, tanta ha sido su felicidad que hasta contagió al señor Jesus Ramírez, quien trabaja de su vocero. Y aunque alguien sospeche que ambos personajes fumaron de la misma, habrá que otorgarles el beneficio de la duda. ¿Usted es feliz? Al tiempo. Vladimir.galeana@capitalmedia.