Elecciones que marcan historia
Muchas piezas de un rompecabezas que se define en unas horas de votación y que condiciona tres años de historia.
Rompecabezas |
Buscando en el baúl de los recuerdos, no parece que haya unas elecciones intermedias que hayan suscitado tanto interés.
Tampoco parece una elección a la usanza. Siempre se ha calificado este plebiscito como una aprobación o desaprobación del gobierno en turno, eligiendo con decisión un partido político con candidatos fuertes.
El 6 de junio, Mexico va por un sí un cierto no sobre el ejercicio presidencial de AMLO. Al presidente hay que reconocerle el hábil manejo de la agenda nacional, desde la mañanera hasta la diatriba pública. Las encuestas le siguen otorgando un nivel alto de aprobación, similar al que han gozado otros presidentes en sus tres primeros años y que con bastante certeza se refrendará en las urnas en junio.
El elemento específico de esta elección consiste en que no se está optando por candidatos o partidos, sino por la política económico – social del presidente de la 4 transformación. La oposición contribuye directamente a ello con propuestas y personalidades inocuas y desgastada.
Las elecciones a gobernador, a alcaldías y a congresos locales, logran salvar un poco los papeles, porque la política local influye notablemente en los ciudadanos. Ahí se conoce a las personas, a su familia, sus negocios; su historia y hasta su propuesta.
Mexico no goza de un sistema parlamentario ejemplar. Sin despreciar el trabajo de muchas diputadas y diputados, los ciudadanos vemos más el espectáculo de ciertas propuestas y discusiones mas que un debate entre propuestas articuladas que proponen diferentes modelos de país y de sociedad.
Parece que no habrá grandes sorpresas en los resultados. La opinión pública, la opinión publicada y las encuestas, coinciden cómo nunca en los números y porcentajes. El partido se está jugando ya en los últimos metros y minutos y no se vislumbran grandes novedades, salvo que el electorado esté pensando en los tres años que vienen y no en los tres años que están por pasar.
Conformamos un electorado que vota con un alto enfoque emocional. Sin embargo, la actividad febril de nuestro presidente, transmite hechos reales en campos vitales del país. El refrendo el presidente será sin duda emocional, pero Iara un sector, habrá también hechos y decisiones que valorar.
Deberíamos trabajar por lograr una cultura de involucramiento político más sólida. Nuestro sistema político resulta complejo. Si preguntáramos en la calle a que corresponde la mayoría absoluta o relativa en la cámara de diputados, o que se requiere para un cambio constitucional, o cuál es el sentido del fuero, encontraríamos muy poco conocimiento.
Gilberto Rincón Gallardo, uno de los mejores políticos aunque comunicación escasos resultados que ha tenido Mexico, siempre repetía que la gran repercusión de la democracia se veo en el bolsillo del ciudadano, en su calidad de vida, por decirlo más bonito. La economía va a la par de la política y viceversa y los datos económicos de Mexico no son halagüeños. La pandemia ha aportado sus dificultades, pero no todo es imputable al virus. Todas las generaciones nos hemos visto afectadas por una economía que no camina. Los jóvenes van a tener que asumir retos complicados en este sentido.
Cómo juzgarán y votarán estos jóvenes y los ciudadanos desgastados económicamente en las próximas elecciones. Cómo votarán los que tienen la primera oportunidad de elegir. Cómo votarán los que entendieron de otra manera la 4 transformación. Que dirán en las urnas los 7 millones que viajan diariamente en el metro de la Ciudad de México. Y más allá del manido centralismo, por quien votarán en estados donde reina la violencia o hay carencia de agua y energía.
Muchas piezas de un rompecabezas que se define en unas horas de votación y que condiciona tres años de historia.
Por: Carlos Herrero