Coqueteo a Zaldívar
El ministro lo que ha hecho es ganarse la confianza de López Obrador, pero eso tiene aparejado un costo muy alto, tomar decisiones donde la Corte decide más con criterios políticos que con criterios jurídicos.
Dobleces |
Por: Israel Mendoza Pérez
@imendozape
La tibia respuesta del ministro presidente Arturo Zaldívar, respecto a extender por dos años su permanencia al frente de la SCJN, pone en duda la independencia de la Corte. El coqueteo por parte de los legisladores del partido en el poder es para tener un poder simpatizante al proyecto de la cuatroté.
Zaldívar llegó a la Suprema Corte en 2009, elegido de una terna enviada por Felipe Calderón y con la bandera de la defensa de la autonomía del Poder Judicial. Incluso, en 2020 con el caso del gobernador Jaime Bonilla, de evitar la extensión de mandato, Zaldívar estaba convencido que el poder judicial tenía plena autonomía frente a un gobierno que traza una ruta para sentar las bases de un proyecto transexenal.
De acuerdo, con el perfil que maneja el ministro, Arturo Zaldívar, sus posicionamientos son compatibles, no con una posición progresista, sino apegados a la Constitución y la forma más actualizada de interpretar la Constitución y los derechos humanos. Por ello, es que la cuatroté lo ve como un posible aliado para el próximo trienio de la cuarta transformación.
Los morenistas mal entendieron pluralidad con cercanía con su proyecto. Lo que no se difunde es que se Zaldívar también se reúne con las organizaciones de la sociedad civil más críticas del gobierno, se reúne incluso con políticos del PAN.
Sin embargo, dejar la decisión de esta polémica iniciativa en manos de sus compañeros ministros marca esa sútil debilidad en la toma de decisiones. Y es que hay una función que es exclusiva del presidente de la Corte, que es ser presidente del Consejo de la Judicatura y ser el representante de todo el Poder Judicial de la Federación frente a los otros poderes. Por ello es que se esperaba que su respuesta fuera más contundente frente a lo que no tuvo nada que ver en la elaboración de un artículo transitorio con el que se amplía por dos años la duración del curso administrativo de la Presidencia de la Corte.
El ministro lo que ha hecho es ganarse la confianza de López Obrador, pero eso tiene aparejado un costo muy alto, tomar decisiones donde la Corte decide más con criterios políticos que con criterios jurídicos.
Morena se ha encargado de buscar el derrotero para mantener el poder y sentar las bases de su proyecto y mantener los espacios ganados. Sin embargo, ahora, los grupos parlamentarios del PAN, PRI, Movimiento Ciudadano y PRD en la Cámara de Diputados, de manera conjunta, interpondrán una acción de inconstitucionalidad en contra del artículo décimo tercero transitorio de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación que amplia por dos años más la presidencia de Arturo Zaldívar al frente de la Suprema Corte Justicia de la Nación, aprobado por Morena la semana pasada. Lo que se pelea es marcar la división de poderes antes de que se distorsione y se pervierta. Ya se verá.