Confesión o sinceridad (Dos)
Muchos compañeros sólo cumplen con lo “obligatorio” y ya, no se da el extra, pues en una de esas quien termina en la cárcel eres tú.
El Pico del Pollo
Por: Alfredo Albíter Sánchez
En la entrega pasada platicamos de y con “Abel”, hombre de bien, que orgulloso dice ser policía de carrera y academia.
“En el servicio llevo 10 años, me han tocado asuntos casi de todo tipo. Claro, muchas veces lo pienso, pero termino por convencerme que este soy y me encanta lo que hago”…”
Pese a obstáculos, decepciones y en algunos momentos mucha frustración, el ánimo decae muy pocas veces. Hay ocasiones que no entiendo las determinaciones tomadas para dejar en libertad a personas que entran y salen de la cárcel como de su casa, después de horas y horas de investigación para finalmente “prenderlos” y presentarlos…”
Mira, en otras actividades laborales si se equivocan, pues se vuelve a imprimir, se corrige, se vuelve a hacer, pero aquí en muchas te equivocas y pierdes la vida”…
La vida en este tipo de ocasiones, dice “Abel”, no te da dos chances o eres tú o es él o ellos. Entonces, pues ya sabrás que no puedes decir; “señor probable delincuente, ¿me permite aprehenderlo?”.
Nombre te dan gane. Reconozco también, mi querido polluelo, que hay algunos compañeros -ellas y ellos- que se pasan de lanza y ni el antifaz les hace falta. Te piden para la gasolina, no trabajan, le dejan todo a sus “madrinas” o “izquierdos”, “bailan” a los presuntos y se la pasan en el “desmadre” o “padroteando”, y ya ni digas agarrando lana de “los de enfrente”.
Bueno, pues por fortuna cada vez son menos, sí los hay, pero ya no tantos. Eso de “subir el entre” como que no estoy muy de acuerdo, no porque sea “mocho”, no me consta y te soy honesto a mí no me han pedido. ¿Ok, pero eso no implica, esté erradicado, no? Palabra, mejor no miento, sólo por convivir. Mira hay algo que no se debe olvidar; nosotros en muchas ocasiones tenemos dos audiencias a la misma hora.
Debemos llevar todo al tiro para no errarle y se deje en libertad al “maloso”, además tienes guardia, y debes seguir una investigación y hacer otras diligencias, pues ya ves, la posibilidad de cometer un error es latente. ¿Verdad que no es tan fácil? Aún hay compañeros que le pegan al peligro con singular alegría, ya saben a lo que se arriesgan, pero no por ello deben tacharnos a todos por igual.
Mejor que hagan las denuncias correspondientes, ¿por qué sabes?, los mandos te exigen, presionan y hasta amenazan, pero al momento de que se viene un problema, invariablemente te recuerdan es “tu perro y tú lo bañas”.
¿Cómo ves? Y así quieren que respondamos, pues cómo, si a la mera hora te dejan a tu suerte y no son capaces de meter las manos por ti. Por ello, muchos compañeros sólo cumplen con lo “obligatorio” y ya, no se da el extra, pues en una de esas quien termina en la cárcel eres tú. Así las cosas…
Por hoy, cierro pico. Shalom. Mi correo es: [email protected]