Cables de la reforma
Y es que una reforma como la planteada por el Presidente, se requiere necesariamente del PRI, por lo que tiene un camino difícil para ser aprobada tal cual.
Dobleces |
Israel Mendoza Pérez
@imendozape
La discusión de la Reforma Eléctrica se encuentra en el ojo del huracán. Por un lado, el arranque de las campañas políticas, en seis estados, en menos de 48 horas y la revocación/ratificación para el 10 de abril son los aditivos ignorados por Ignacio Mier, coordinador de la bancada Morena en San Lázaro, pues los tiempos para la deliberación legislativa y su votación en el Pleno, así como por la construcción de un dictamen que sea respaldado por la mayoría, comprometen el futuro de esta propuesta.
Uno de los puntos es que la reforma enviada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, tiene poca profundidad, ya que sólo se analiza lo referente a la generación de energía, y una reforma eléctrica tendría que incidir en un plan transexenal que atienda sobre todo el consumo y que dé prioridad a las energías renovables.
Sin un cabildeo adecuado por parte del partido en el poder con otras fuerzas políticas y con un parlamento abierto sin incidencia en posibles cambios, la propuesta eléctrica de la cuatroté se encamina a impulsar una reforma que sexenio tras sexenio se mete en la agenda política. Por lo que en este momento se complica que la reforma pase en los términos que está en el Legislativo.
Las Comisiones Unidas de Puntos Constitucionales y de Energía de la Cámara de Diputados citaron a reunión de juntas directivas para definir la ruta de análisis y discusión de la Reforma Eléctrica con la expectativa de votarla en el pleno el miércoles 13 de abril.
Pasada la revocación y con las campañas electorales en plenitud, para esa fecha, los ánimos políticos que, por supuesto, tocan los espacios políticos y la toma de decisiones, si la propuesta presidencial no contempla modificaciones que integren a las de la oposición no pasará.
Y es que una reforma como la planteada por el Presidente, se requiere necesariamente del PRI, por lo que tiene un camino difícil para ser aprobada tal cual.
Lo ideal es que aa reforma debe estimular las finanzas públicas y los programas sociales, reducir la pobreza y entrar al mercado internacional de manera más competitiva; así como generar más empleo y haya mayor bienestar más allá de las políticas públicas.
Sin embargo, uno de los riesgos que se tienen es que la CFE se convierta en una empresa que más allá de impulsar la economía comience a devorar más presupuesto. Existe el riesgo de afectar el nivel de costos en la producción de la electricidad, las tarifas al consumo, el nivel de subsidios y los requerimientos de inversión pública en el sector, especialmente si se busca el fortalecimiento de las empresas. En estos puntos, la oposición está interesada en tener participación en cambios a la reforma.
Los foros del parlamento abierto y las opiniones de expertos afines a la cuatroté no le dan a Morena, y sus aliados, el contrapeso necesario para sacar adelante la reforma eléctrica. Pero Ignacio Mier transita confiado en que no requiere más de lo que ha hecho. Simplemente, la soberbia política que da el poder es superior que tener un trabajo de cabildeo fluido.
…