Arsenales Decomisados

De Oficio Reportero |

Saber que en territorio nacional hay 2 millones de armas que en su mayoría procedentes de Estados Unidos entraron entre el año 2010 y 2019, da una idea del enorme problema de tienen las autoridades.

Primero porque no se sabe quien, bien a bien, las tiene. Segundo porque para bastecer la capacidad de fuego ya manifiesta en Culiacán, en Ciudad Juárez o en los límites de Sonora y Chihuahua con la barbarie incalificable contra la familia Le Baron, da impactantes cifras de miles de casquillos percutidos en esos capítulos de sangre y violencia.

Las compañas de despistolización que se vieron en México desde los años 60 as, y hasta 1986, solo quedaron como sucesos en el registro de asegurar distintos tipos de pistolas sobre todo. En cateos de pasajeros en el Metro, de redadas en billares o bares, donde se registraba a los ciudadanos.

Pero, apareció la Comisión Nacional de los Derechos Humanos hacia 1988, en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari quien puso al frente al doctor Jorge Carpizo McGregor, que nunca negó su odio hacia las policías. Carpizo fue también Procurador General de la República. Le toco que los hermanos Arellano Felix, se engrevistaran con el Nuncio Apostólico, Girolamo Prigione en la sede misma donde había dormido el Papa Juan Pablo Segundo en dos de sus visitas de las cinco que vino a México.

Sin embargo, no se había inundado al país de rifles conocidos como el AK47 o el Cuerno de Chivo que pueden percutir mas de 200 cartuchos en fracciones de minuto. Poder de fuego que por ejemplo el Barret, podría derribar cualquier aeronave o perforar cualquier blindaje.

Asi las cosas, la autoridad federal estatal y municipal deben aplicar comapañas de despistolización o de desarme , mas allá de las voluntarias en donde se cambia dinero o computadoras por los letales instrumentos de la muerte.

En tiempos del presidente José López Portillo, se aseguraban decenas de sobre todo pistolas que, en cuestión de una semana, llenaban cajas de cartón de papel sanitario. Esas armas se enviaban a la secretaría de la Defensa Nacional. En la actualidad se han asegurado arsenales de los calibres altos que utilizan los cárteles o incluso las llamadas policías comunitarias.

Desarmar en lo posible a miles de portadores siempre resultará mejor que saber y sufrir la posesión y uso de cientos de miles de instrumentos de muerte y barbarie.

POR: RAUL SANCHEZ CARRILLO

sanchezcarrillo.tv