Amnesia a la europea
Pulso Internacional | A lo largo de los últimos años, en distintos y numerosos países del viejo continente han surgido movimientos políticos que en muchos casos han irrumpido en el sistema de partidos del país de que se trate modificando dramáticamente la correlación de fuerzas políticas. Se trata de movimientos caracterizados por su perfil nacionalista, […]
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A lo largo de los últimos años, en distintos y numerosos países del viejo continente han surgido movimientos políticos que en muchos casos han irrumpido en el sistema de partidos del país de que se trate modificando dramáticamente la correlación de fuerzas políticas. Se trata de movimientos caracterizados por su perfil nacionalista, nativista, xenófobo, endogámico y carente por completo de cualquier vestigio de memoria histórica.
Desde el Frente Nacional de Jean Marie Le Pen en Francia hasta la formación política Vox de Santiago Abascal en España, los países europeos han visto renacer posturas que hace cien años constituyeron el gérmen de los más gerandes desastres vividos jamás por los habitantes del viejo continente.
En el Reino Unido por ejemplo, el rápido crecimiento de este tipo de movimientos derivó en el hecho de que en el referendum celebrado en 2016, los electores británicos eligieran salirse de la Unión Europea jaleados principalmente por consignas nacionalistas, soberanistas, intolerantes y excluyentes. Se preguntan por ejemplo para qué nos sirve estar en la Unión Europea si cada año le mandamos un montón de libras esterlinas a Bruselas y a cambio no obtenemos un mejoramiento de nuestro nivel de vida.
Los simpatizantes de estos movimientos olvidan que en gran medida es gracias a la existencia de la Unión Europea que una guerra intracontinental es hoy por hoy un escenario imposible. Los simpatizantes por ejemplo del partido italiano La Liga olvidan que las posturas enarboladas por su líder Matteo Salvini hoy son muy similares a las que hace cien años generaron las condiciones para el surgimiento de la primer y la segunda guerras mundiales que tuvieron un saldo de nada menos que 75 millones de muertos.
La amnesia europea puede llevar al viejo continente a equivocarse en el diagnóstico de sus múltiples problemas y a optar por opciones más perniciosas que la de aceptar los problemas naturales de la realidad cotidiana tal como les está sucediendo a los británicos con su inconmensurable estupidez de empecinarse en abandonar la Unión Europea.
Por René Palacios.