Vivimos en un país injusto, atravesado por la desigualdad: Ana Laura Magaloni
Ana Laura Magaloni Kerpel, aspirante a ocupar el cargo de ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, durante su comparecencia ante la Comisión de Justicia del Senado de la República, manifestó que “vivimos en un país injusto, un México atravesado por la desigualdad, por el privilegio, por el conflicto y por la […]
Ana Laura Magaloni Kerpel, aspirante a ocupar el cargo de ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, durante su comparecencia ante la Comisión de Justicia del Senado de la República, manifestó que “vivimos en un país injusto, un México atravesado por la desigualdad, por el privilegio, por el conflicto y por la incertidumbre.
Magaloni Kerpel fue la segunda candidata en ser evaluada por los senadores, luego de la participación de Diana Álvarez Maury; al final de su participación tocará el turno a Margarita Ríos-Farjat, quien también busca el lugar que dejó Eduardo Median Mora en la Suprema Corte.
Desde el inicio de su intervención, Magaloni Kerpel describió a México como un país está azotado por la violencia y la corrupción, es decir, por la arbitrariedad de la ley del más fuerte. Un México partido, en el que la justicia lleva demasiado tiempo torcida, remató
“Todo ello ha propiciado que, como pocos momentos en la historia, exista un amplio respaldo social sobre la necesidad de que el Estado recupere el espacio que han ocupado la violencia y la corrupción.”
Licenciada en Derecho por el Instituto Tecnológico Autónomo de México y Doctora en Derecho por la Universidad Autónoma de Madrid, se describió como una mujer que ha dedicado su vida a la justicia, consideró que todos los procesos de cambio generan tensiones y producen conflictos. También generan resistencias y medios legítimos; en este contexto necesitamos, más que nunca, un árbitro creíble, legítimo, imparcial.
“Necesitamos una Corte que pacifique, nos pacifique, que nos explique, que nos convenza, que entienda bien el contexto social y político en el que estamos inmersos”.
Argumentó su intención de ser ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, “para contribuir a que el máximo Tribunal asuma el papel histórico que le corresponde en este México exaltado, polarizado, con tantas emociones y tragedias a flor de piel”.
Al referirse a su plan de trabajo resaltó que, de ser favorecida con el voto de los senadores en el Pleno, se abocará en dos grandes ejes: primero, acceso. Abrir las puertas de las instituciones de justicia a los millones de mexicanos que viven sin la protección de la ley; segundo, los límites al ejercicio del poder. Asegurar que el impulso del cambio social no desborde los causes constitucionales.
Finalmente dijo contar con una probada independencia de criterio, integridad personal y profesional, una trayectoria pública acreditada, que acredita mi capacidad de diálogo con todas las fuerzas políticas, sin comprometer mis convicciones. Nunca me ha movido el poder ni el dinero, soy una mujer de causas.