Un nuevo virus mortal se expande desde China y pone en alerta a la región
El número de personas infectadas con un nuevo virus en China se triplicó durante el fin de semana, y el brote se extendió desde Wuhan a otras ciudades importantes.
Todo empezó en un mercado de mariscos. O al menos ese es el epicentro identificado por las autoridades la ciudad de Wuhan, en China. De allí habría salido un nuevo tipo de virus que infectó a 62 habitantes de la ciudad y provocó la muerte de dos de ellos, según informa la Comisión Municipal de Wuhan. Las autoridades agregaron que ocho pacientes permanecen en condición grave y 19 fueron dados de alta. Los restantes siguen internados mientras son tratados en cuarentena.
El brote generó alarma por ser de la familia de los coronavirus, la misma del temido síndrome respiratorio agudo grave (SARS, por sus siglas en inglés), que apareció en China y mató a cientos de personas entre 2002 y 2003 y encendió la alarma mundial. Pero lo cierto es que la familia también incluye al resfrío común, una enfermedad con asociaciones mucho menos escalofriantes.
Además del SARS, los coronavirus tienen otro antecedente de salto a humanos, que es el síndrome respiratorio de Medio Oriente (MERS, por sus siglas en inglés). El primer caso de MERS fue confirmado en Arabia Saudita en 2012 y, según la OMS, tiene una tasa de mortalidad del 35%.
La Organización Mundial de Salud (OMS) no ha informado aún si el virus es transmisible entre seres humanos. La OMS confirmó que algunas de las personas infectadas dijeron no haber visitado el mercado en cuestión, pero, según AP, el Centro para Control y Prevención de Enfermedades de Wuhan reportó que la infectividad del virus es decir, la rapidez con la que se contagia entre individuos- no es fuerte.
La secuencia del genoma del virus lo emparienta con la cepa de SARS encontrada en murciélagos. No es la primera vez que un virus salta de una especie a otra. El VIH es un virus que proviene de los chimpancés y se cree que tanto el SARS como el Ébola provienen de murciélagos.
En el caso de los coronavirus -así llamados por su aspecto bajo el microscopio, el salto entre especies es posible porque su genoma es de ácido ribonucleico (ARN).
La inestabilidad del ARN lo hace más propenso a mutaciones durante el proceso de generación de nuevas partículas del virus. “Una de estas nuevas características puede ser la capacidad de saltar a una especie nueva”, explica Juan Manuel Carballeda, investigador del Conicet especializado en virología, en conversación con LA NACION.
Según la Organización Mundial de Salud (OMS), nuevas cepas de coronavirus aparecen periódicamente en distintas áreas y se conocen varios coronavirus que circulan entre animales que aún no afectaron a seres humanos.
¿Cuándo y dónde se produce el salto? Siendo que las mutaciones ocurren por casualidad y el salto entre especies solo sucede raramente, para Carballeda es cuestión de números: “[En la zona de China] hay muchos coronavirus circulando entre animales y hay grandes concentraciones de población humana: si todo el tiempo tenemos mucha cantidad de personas en contacto con muchos animales portadores, puede ocurrir esto”, dice el biólogo.
El brote comenzó justo antes del período de mayor movimiento de personas en el interior de China: las semanas previas al Año Nuevo Chino, que en 2020 cae el 25 de enero. En su primer comunicado en el que confirmó la existencia de la nueva cepa de coronavirus, la OMS aseguró que el gobierno chino estaba preparado para contener el virus y que según autoridades de ese país no sería fácilmente transmisible entre seres humanos. Además, se destacaba el logro de la rápida identificación como muestra de la capacidad de China para lidiar con nuevos brotes.
Cuando, días después, se confirmó que una mujer en Tailandia, que venía de Wuhan, estaba infectada, la OMS emitió otro comunicado. “La posibilidad de identificar casos en otros países no estaba fuera de lo esperado y da más fuerza al pedido de la OMS de monitoreo activo y preparación en otros países”, decía ese texto, que también señalaba la publicación de una guía para identificar y tratar a personas infectadas.
Después de ese caso, dos más fueron identificados fuera de China: un caso adicional en Tailandia y otro en Japón, según informó Reuters. La OMS repitió en su notificación que es probable que aparezcan más casos en otros países debido a los patrones de viajes, pero se abstuvo de recomendar restricciones a aquellos, aunque sí recomendó intensificar los controles. En Estados Unidos, tres aeropuertos comenzaron a hacer chequeos de temperatura a pasajeros provenientes de Wuhan.
Más allá de estos controles, la comunicación es una parte muy importante de la contención de un virus. La sociedad debe saber qué recaudos tomar para evitar el contagio.
Sin embargo, según Carballeda, se puede ir demasiado lejos. “Hay que alertar a la sociedad, sin alarmar explica el biólogo. En 2009, con la epidemia de gripe (conocida como gripe porcina), hubo una sobrealarma y un estado de pánico general que no es bueno”.
La OMS desarrolló una guía de preguntas y respuestas para quienes quieran informarse acerca del nuevo virus. En ella explica las precauciones “estándar” a tomar para evitar el contagio: lavarse las manos, cubrirse la boca y la nariz al toser o estornudar, cocinar completamente la carne y los huevos y evitar, dentro de lo posible, el contacto con personas que tengan síntomas como tos y estornudos.
La comunicación también debe darse entre países y con la OMS. Según el Centro para el Control de Enfermedades de Estados Unidos, las autoridades chinas compartieron el genoma completo del virus -2019-nCoV, oficialmente- con el Instituto Nacional de Salud (NIH) y con el portal Global Initiative on Sharing All Influenza Data.
“Hay ciertos virus para los que es obligatoria la alarma temprana y ante ciertos síntomas los hospitales tienen la obligación de informar al Ministerio de Salud de su país. En este caso funcionó muy bien porque tenemos los antecedentes del MERS y del SARS y se sabe que ante una infección respiratoria aguda podemos estar ante un nuevo brote de un coronavirus”, explica Carballeda.