Un día como hoy, pero de 1809 nació Charles Darwin
Darwin fue un naturalista inglés, reconocido por ser el científico más influyente de los que plantearon la idea de la evolución biológica a través de la selección natural.
Charles Robert Darwin nació en Sherewsbury el 12 de febrero de 1809. Desde la infancia dio muestras de un gusto por la historia natural que él consideró innato, en especial, de una gran afición por coleccionar cosas (conchas, sellos, monedas, minerales).
En octubre de 1825 Darwin ingresó en la Universidad de Edimburgo para estudiar medicina por decisión de su padre. Pero estos estudios no captaron su atención y al cabo de dos cursos, su padre le propuso una carrera eclesiástica. Darwin aceptó y, a principios de 1828, ingresó en el Christ’s College de Cambridge.
Más que de los estudios académicos que cursó, Darwin extrajo provecho en Cambridge de su asistencia voluntaria a las clases del botánico y entomólogo reverendo John Henslow, cuya amistad le reportó «un beneficio inestimable» dado que fue él quien proporcionó a Darwin la oportunidad de embarcarse como naturalista a bordo del Beagle alrededor del mundo, cuestión importantísima en su vida.
El 27 de diciembre de 1831 el Beagle zarpó de Davenport. El objetivo de la expedición dirigida por el capitán Robert Fitzroy era el de completar el estudio topográfico de los territorios de la Patagonia y la Tierra del Fuego, el trazado de las costas de Chile, Perú y algunas islas del Pacífico entre otros. El estudio de la geología fue, en un principio, el factor que más contribuyó a convertir el viaje en la verdadera formación de Darwin como investigador, ya que con él tuvo la necesidad de empezar a razonar. Hacia el final del viaje ya se rumoreaba que el joven Darwin se convertiría en un científico importante; estos rumores eran el resultado de la lectura de algunas de las cartas remitidas por Darwin a Henslow, ante la Philosophical Society de Cambridge, Darwin regresó a Inglaterra el 2 de octubre de 1836. Desde su llegada hasta comienzos de 1839 Darwin vivió los meses más activos de su vida. Instalado en Londres desde marzo de 1837, en julio de ese año empezó a escribir su primer cuaderno de notas sobre sus nuevos puntos de vista acerca de la “transmutación de las especies”. Sus investigaciones le fueron perfilando la idea de que la selección era la clave del éxito humano en la obtención de mejoras útiles en plantas y animales.
El 24 de noviembre de 1859, salió a la luz On the Origin of Species by means of Natural Selection, or the Preservation of Favoured Races in the Struggle for Life, cuyos 1.250 primeros ejemplares se vendieron ese mismo día. Las implicaciones teológicas de la obra, que atribuía a la selección natural facultades hasta entonces reservadas a Dios, fueron causa de que inmediatamente empezara a formarse una férrea oposición a la obra por parte de algunos sectores.
Darwin se mantuvo apartado de la intervención directa en la controversia pública hasta 1871, cuando se publicó su obra The Descent of Man and Selection in Relation to Sex, donde expuso sus argumentos en favor de la tesis de que el hombre había aparecido sobre la Tierra por medios exclusivamente naturales. En 1872, con The Expression of the Emotions in Man and Animals, obra básica para lo que después se denominó estudio moderno del comportamiento, Darwin puso fin a sus preocupaciones por los problemas teóricos y dedicó los últimos diez años de su vida a diversas investigaciones en el campo de la botánica.
A finales de 1881 comenzó a padecer graves problemas cardíacos y falleció a consecuencia de un ataque al corazón el 19 de abril de 1882.