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Domingo 17 de Noviembre 2024

UAM elabora ventilador con materiales reciclados para atender a pacientes con Covid-19

 

El diseño podrá utilizarse cuando no haya ventiladores disponibles para pacientes críticos en un hospital y se emplearía para intubar a alguien sedado.


Tubos de PVC, mangueras, codos, accesorios de uso doméstico, válvulas de lavadora y bolsas de basura, utilizaron investigadores de la Unidad Lerma de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) en la construcción de la maqueta de un ventilador con materiales reciclados y serviría para atender a pacientes delicados de COVID-19 que se encuentran sedados.

La inquietud por diseñarlo surgió de un grupo de científicos a quienes “nos importa atender problemas de interés social y alta prioridad”, como los derivados de la contingencia sanitaria que ha recorrido el mundo, además de que se trata de un desarrollo al alcance de las posibilidades de esa instancia académica de la UAM.

El doctor Phillipp von Büllow, profesor del Departamento de Procesos Productivos de la División de Ciencias Básicas e Ingeniería de la Unidad Lerma, dijo que se trata de una solución alterna segura, fácil de reproducir en cualquier parte de México y que pueda adaptarse a las necesidades de una variedad amplia de enfermos, ya que como consecuencia de la epidemia, la demanda de estos equipos se ha extendido, requiriéndose miles de éstos y los comprados en fechas más recientes por la federación costaron 1.25 millones de pesos, cada uno.

La construcción de la maqueta inició con dos bolsas de aire de diez litros cada una, en promedio, de las que sirven para la basura, además de cinta canela, tubo PVC de seis pulgadas adquirido en la ferretería. Luego se trabajaron láminas cilíndricas simples de acero para pesar las bolsas y ajustar las dos presiones de inhalación y exhalación.

Dijo que en un lugar de venta de chatarra en Lerma conseguimos un refrigerador usado al que quitamos el compresor para integrarlo a la maqueta; la primera prueba reveló que esta máquina emanaba suficiente caudal de aire”.

Para manejar las fases de inhalación y exhalación en el circuito neumático se adaptaron válvulas de lavadora, también proveniente de una tienda de chatarra; tubos, mangueras, codos y otros accesorios son de uso doméstico.

El filtro de bióxido de carbón se elaboró con botellas de PET, una lata de café, estopa y cal sodada, mientras que el químico fue hecho en casa, con base en cal hidratada para nixtamalizar e hidróxido de potasio.

Las pruebas permitieron conocer los consumibles, las capacidades y las cantidades producidas por la maqueta, lo cual “nos indica que el concepto es factible e incluso uno de nosotros se conectó al aparato y aseguró que sus primeras respiraciones artificiales fueron adecuadas”.

El doctor Von Büllow especificó que realizaron este dispositivo para demostrar que el respirador funciona y “pensamos que construirlo nos llevaría una semana de labor no obstante resultó el triple”.

Uno de los factores destacados del artefacto “es que tiene que respetar la fisiología del tejido pulmonar, es decir, debe garantizar la oxigenación de la sangre y evitar cualquier inflamación del tejido por el estrés mecánico y para eso debemos entender qué tan complicada es esta tarea y cuántos elementos de control se requerirían”.

El diseño podrá utilizarse cuando no haya ventiladores disponibles para pacientes críticos en un hospital y se emplearía para intubar a alguien sedado, ya que este estado permite que el aparato marque el ritmo de la respiración, sin tener que adaptarlo a la voluntad del enfermo, una función compleja de crear.

El docente confió en que este trabajo –que cuenta con la participación del doctor Jacobo Sandoval Gutiérrez, profesor-investigador del Departamento de Procesos Productivos, y el laboratorista técnico Sergio Mundo Garduño– despierte interés y motivación para que, junto con otros proyectos similares, sean apoyados por esta casa de estudios.

Los científicos invitaron a académicos y alumnos a colaborar en el proyecto, pues es bueno integrar los conocimientos y habilidades de una buena parte de la comunidad de la División de CBI de la Unidad Lerma, que oferta entre sus opciones educativas las ingenierías en Sistemas Mecatrónicos Industriales, en Computación y Telecomunicaciones, y en Recursos Hídricos, útiles para esta iniciativa.

Von Büllow recalcó que “nos sería de gran satisfacción colaborar con colegas de otras divisiones y unidades, ya que nosotros haremos todo para formalizar esta investigación y esperamos que se encuentren los recursos para desarrollar el prototipo”.