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Jueves 21 de Noviembre 2024

Sonia Madrigal hace evidente la periferia

 

La fotógrafa Madrigal, originaria de Nezahualcóyotl, Estado de México, se convirtió en la primera mujer latina en ganar el tercer lugar en el London Street Photography Festival con la serie Tiempos Muertos.


En el paradero del Metro Pantitlán, en la alcaldía Iztacalco de la Ciudad de México, un acercamiento captura a una joven que se cambia los tacones por zapatos de piso. En un microbús hay un payaso de crucero sentado que no sonríe a la cámara, mientras que entre las luces neón de una combi una señora posa ante la lente de Sonia Madrigal.

Las fotografías forman parte de Tiempos Muertos, serie que ganó el tercer lugar en la edición en línea del London Street Photography Festival 2020. La autora es Sonia Madrigal, quien se convirtió en la primera mujer latina y periférica en lograr este reconocimiento.

Sonia comenzó a tomar talleres en Faro de Oriente, impartidos por el fotógrafo estadounidense Mark Powell.

“Así haya sido el tercer lugar, para mí fue muy importante. La fotografía de calle casi siempre la relacionan con los hombres; lo vemos con estos premios, son quienes están ocupando espacios que se creen exclusivos de ellos. La final fue con 10 fotógrafos, yo era la única mujer y entendí que era muy poco probable ganar porque así pasa siempre compitiendo con otros que ya tienen una posición”, cuenta en entrevista con Reporte Índigo.

El ensayo fotográfico de Sonia Madrigal trata sobre sus trayectos en transporte público del Estado de México a la capital del país. Es originaria del municipio de Nezahualcóyotl, por lo que se considera población flotante por su ir y venir fuera de casa.

“Abordo temas que tienen que ver con reflexionar, de manera personal y colectiva, sobre el cuerpo, la violencia y el territorio que, literalmente, me atraviesan en la zona Oriente de la Ciudad de México, que es donde yo me coloco”, explica.

Madrigal empezó este trabajo en 2009, año en el que comenzó a tomar talleres en la Fábrica de Artes y Oficios Faro de Oriente, impartidos por el fotógrafo estadounidense Mark Powell. Le tomó una década, pues concluyó la serie en 2019.

“Para mí el Faro es importante en mi formación porque en este contexto no era tan fácil que tuviera alternativas culturales con una amplia gama de opciones. Vi que aunque yo no tenía carrera en artes, tenía la posibilidad aun cuando ya estuviera grande. Yo ya tenía otros estudios, ni siquiera estaba en una edad de explorar”, cuenta.

La fotógrafa estudió la licenciatura en Informática en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) de 1996 al 2000. También se dedica a la programación web e hizo su página: soniamadrigal.com.

“Estamos mal acostumbrados a pensar que una persona solamente se dedique a una profesión. En realidad, si indagamos en nosotros nos daremos cuenta de que no solamente nos interesa algo en específico. Yo tenía inquietudes por cuestiones artísticas, tampoco era que quería ser fotógrafa de niña, solamente tenía como vínculo las fotos o los álbumes familiares”, recuerda.

SONIA MADRIGAL, FOTÓGRAFA DE CALLE

Sonia Madrigal entendió que no quería dedicarse al trabajo de oficina, por lo que ahorró para poder tomarse un año libre. Fue cuando ingresó a Faro de Oriente y también al de Tláhuac.

“Yo soy muy de hacer. Sí, es importante la teoría, pero desde el primer día que yo fui a la clase me sacaron a la calle a hacer foto cuando por lo general es al revés”, revela.

Caminar con cámara en mano forma parte de su proceso creativo para encontrar temáticas que le interesa fotografiar en ambientes cotidianos como el transporte, los tianguis, las marchas.

“Las cosas se han contado desde la mirada masculina y quizá nosotras también la reproducimos, por eso es importante situarnos como mujeres periféricas y escuchar historias que salgan de nuestras visiones”.

Su carrera como artista empezó a consagrarse tanto a nivel nacional como internacional. Fue becaria del Programa Jóvenes Creadores del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca) de 2013 a 2014 y desde este año forma parte del Sistema Nacional de Creadores de Arte.

En 2017, The Guardian publicó su trabajo en un artículo sobre mujeres fotógrafas de calle en Instagram y su cuenta @sonicarol tiene casi 10 mil seguidores. Sus imágenes también aparecen en El vértigo horizontal. Una ciudad llamada México, de Juan Villoro.

Ahora tiene proyectos colectivos con Tonatiuh Cabello Morán, de Nezahualcóyotl, como la galería Mal de Ojo, la venta de obras en Cháchara de autor y la fotografía vernácula Everyday Neza. Mientras que con Diana Cano, de Ecatepec, actualiza un mapa de fotógrafas del mundo y próximamente realizarán la exposición y bazar Feria de la Peri.

“Realizo proyectos de manera conjunta con otras autoras y otros autores. No sólo hay que producir, también hay que ver qué pasa después con esta gestión para que tu proyecto pueda ser difundido, que pueda ocupar un espacio, mover los trabajos, vender obras, dar clases, asesorías”, expresa.

La fotografía de calle la llevó al activismo en 2014 con el proyecto La muerte sale por oriente, con técnica documental, intervención del territorio y mapeo digital de casos de feminicidio en el Estado de México, entidad que ocupó el primer lugar en este delito de enero a agosto de 2020, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).

Años después hizo la serie Te, para visibilizar declaraciones amorosas en municipios mexiquenses donde mujeres son asesinadas por sus parejas sentimentales.

Participó en el registro fotográfico de las pintas del Ángel de la Independencia en 2019 tras la protesta #NoMeCuidanMeViolan y en 2016 organizó junto con otras activistas una manifestación por la violencia de género en municipios periféricos como Ecatepec, Nezahualcóyotl y Chimalhuacán.