Se cumplen 187 años del nacimiento de Alfred Nobel
No solo dejó más de 350 patentes en inventos; sembró también la semilla del interés del hombre en desarrollar el conocimiento de la humanidad.
Fue un industrial, inventor y químico sueco que probablemente conozcan todos por dar nombre a los prestigiosos premios internacionales que se conceden en su honor. No solo dejó más de 350 patentes en inventos; sembró también la semilla del interés del hombre en desarrollar el conocimiento de la humanidad.
Síntesis biográfica
La familia de los Nobel
Los Nobel son conocidos en la historia de las ciencias como una familia sueca de notables químicos e inventores.
Olof Nobel desde principios del siglo XVIII se destacó como tal, además de haber sido un influyente profesor en la Universidad de Upsala.
Su nieto, Inmanuel Nobel, fue tan famoso como su abuelo y su genio creador en el campo de la química, principalmente en la rama de los explosivos, fue heredado con creces por sus descendientes.
Del matrimonio de Inmanuel con Andrietta Ahlsell nacieron cuatro hijos varones: Robert y Ludwig, destacados colaboradores de su padre; Alfred, que inmortalizó el apellido con sus grandes aportes en el campo de la química de los explosivos y Emil, que murió siendo estudiante universitario, víctima de una explosión en el laboratorio familiar como consecuencia de las experiencias que realizaba. Alfred Bernhard Nobel nació el 21 de octubre de 1833 en la ciudad de Estocolmo, Suecia. Hijo de Immanuel Nobel.
Desde muy pequeño tuvo cercanía con el desarrollo de invenciones como quiera que su familia fuera de ingenieros. Tras caer en la banca rota, Immanuel deja atrás a su familia y viaja a San Petersburgo, Rusia, en donde, en 1937 establece un taller de ingeniería.
Este sería primeramente un establecimiento destinado a la fabricación de torpedos, y después, sucesivamente, un astillero, una fundición de hierro y fábricas de armas, en los que laboraron intensamente, junto al progenitor, los tres hijos mayores. Esta fábrica quebró en 1859.
Tres años más tarde la familia se reune de nuevo en San Petesburgo donde Alfred vivirá su adolescencia.
Primeros viajes
En 1850, con apenas 17 años cumplidos, Alfred va a París a trabajar en el laboratorio de T. Jules Pelouze, un laboratorio privado en el que el joven Nobel aprendería sus primeros secretos entorno a la química y, de paso, conocería a Nikolai Zinin, maestro y compañero en el desarrollo de explosivos. Posteriormente viajaría a Italia y a los Estados Unidos.
Invenciones
- Descubrimiento de la dinamita
En sus ensayos en 1867, notó que la tierra de infusorios o trípoli, ofrecía la propiedad de ser muy absorbente respecto de la nitroglicerina, pues retenía en sus poros hasta el 82 por ciento de dicha sustancia lo que daba paso a una nueva mezcla, que continuaba siendo un gran explosivo, pero que hacía menos peligroso su manejo.
Nobel acababa de descubrir la Dinamita, al mezclar la nitroglicerina con bióxido de silicio se forma una masa, manejable, moldeable y más segura, con lo que hacía posible el uso industrial de la nitroglicerina y se convertía en el genuino creador de la moderna pirotecnia.
- Otras invenciones en el terreno de los explosivos:
-La gelignita en 1875
-La balistita en 1887.
Nobel patentó todos sus inventos y fundó compañías para fabricarlos y comercializarlos desde 1865 (primero en Estocolmo y Hamburgo, luego también en Nueva York y San Francisco).
Su único amor
En 1894 compró la fundición de Bofors por dos millones y medio de coronas suecas con lo que completó su legendario capital y ensanchó la vieja mansión familiar en Estocolmo, donde pasaba los veranos. Durante los inviernos permanecía en su refugio de San Remo, cerca de donde vivía Bertha Kinsky, baronesa de von Suttner, renombrada escritora austríaca, único amor conocido en su productiva vida de sabio solitario.
Muerte
En San Remo, cerca de los Alpes le sorprendió la muerte, el 10 de diciembre de 1896 al hombre, que según frase feliz del ensayista Austin Tower, escribió su historia mojando, valientemente, su pluma en nitroglicerina.
muere tras dejar más de 350 patentes. y un testamento firmado el 27 de noviembre de 1895, donde establece con su fortuna un fondo desde donde se premiarían a los mejores exponentes en la Literatura, Medicina, Física, Química y la Paz.
Fábricas creadas por Nobel
Alfred, que unía a su genio creador en la química, una especial habilidad para los grandes negocios, cuando aún no había cumplido las tres décadas de vida, fundó por su propia cuenta, en 1862, una fábrica de nitroglicerina en Estocolmo y tres años después otras dos, en Winterviken y Kummel del Elba, llegando a ser esta última una de las más importantes de Europa.
Se dedicó desde entonces a realizar, paciente y temerariamente, estudios sobre la nitroglicerina con el propósito de atenuar su sensibilidad que hacía imposible su uso en forma pura.
La nitroglicerina que es el más importante de los éteres nítricos de la glicerina, también denominado trinitrina, había sido descubierta en 1846 por el químico y médico italiano Ascanio Sobrero, quien la llamó piroglicerina y advirtió la extrema peligrosidad de su uso comercial.
En 1854 Williamson estableció su composición química, lo que facilitó que años más tarde, con un completo dominio de su estructura, Nobel pudiera ensayar con diversas sustancias para conocer, cuales podían atenuar su gran sensibilidad.
Entre 1953 y 1956 la compañía de Nobel se mantiene con la demanda de explosivos del Ejército Ruso, que para la época se encontraba enfrascado en la Guerra de Crimea. No obstante al finalizar la guerra, las órdenes son canceladas y la empresa va de nuevo a la banca rota.
Trabajos con nitroglicerina
Desesperados por encontrar nuevos productos, Zinin y Nobel trabajan en el desarrollo de la nitroglicerina, y en 1963, tres años después de iniciar sus investigaciones, Nobel obtiene la patente de la nitroglicerina (aceite explosivo, como algunos lo conocían en la época) como un explosivo industrial, al igual que patenta otras piezas y desarrollos destinados al manejo del producto, tales como iniciadores de explosión, gatillos, de explosión, etc. Ese mismo año Alfred regresa a Estocolmo donde continúa con sus investigaciones.
Tragedia en la familia
Un año más tarde la tragedia caería sobre la familia de Nobel. Emil, hermano de Alfred, muere en un accidente mientras preparaba una mezcla de nitroglicerina.
Las explosiones accidentales de la nitroglicerina, habían despertado fuertes críticas contra Nobel y sus fábricas.
Evolución de sus compañías
En 1865, Nobel decide trasladar su compañía a Alemania bajo el nombre de Alfred Nobel & Co., fábrica ubicada en Krümmel cerca de Hamburg.
Los negocios comienzan a prosperar y al año siguiente Alfred funda la United States Blasting Oil Company en los Estados Unidos.
No obstante, ese mismo año, una violenta explosión destruye su planta en Alemania. Tras el incidente, Nobel decide realizar sus experimentos en una balsa anclada a orillas del Rio Elba por motivos de seguridad.
Tras tres años de su más famoso invento, establece en París la 1870 Société Général pour la Fabrication de la Dynamite, y un año más tarde, en Ardeer, Escocia, la British Dynamite Company, que posteriormente se llamaría la Nobel’s Explosives Company.
Tras la muerte de su padre, en 1872, Alfred, ahora un acaudalado hombre de negocios, se establece en París.
Desde allí coordina sus nuevos progresos en materia de explosivos como la gelatina explosiva en 1875, y la formación de una nueva empresa, la Dynamitaktiengesellschaft (DAG), conocida también como la Alfred Nobel & Co, con sede en Hamburg, Alemania.
En 1887 obtiene la patente para la pólvora explosive “ballistite” en Francia. Por el uso de esta patente entra en conflicto con las autoridades francesas y decide instalarse en San Remo, Italia.
Testamento de Nobel
En 1895, el tercer y último testamento de Nobel es firmado en el Swedish-Norwegian Club de París.
Los últimos años de su vida los pasó Alfred Nobel atormentado por la idea de que su obra científica había contribuido a que las guerras fueran cada vez más destructoras y sangrientas, por ello, un año antes de su fallecimiento, el 27 de noviembre de 1895, otorgó un testamento en el que creaba la llamada Fundación Nobel (Nobelstiftelsen) en los siguientes términos:
Veinte días después de su muerte, el 30 de diciembre de 1896, el documento era abierto con todas las formalidades de la ley y algo más de treinta millones de coronas suecas fueron destinadas a la creación de la Fundación y los créditos de ese capital habrían de ser entregados anualmente, a partir de 1901 en forma de los cinco premios dispuestos, a los que se agregaría muchos años después, en 1969, un sexto destinado a la mejor obra de investigación en el campo de la Economía, creado por el Banco Nacional de Suecia, que es quien lo paga y otorgado por la Academia Sueca de Ciencias.