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Lunes 25 de Noviembre 2024

Trump canta victoria pese a perder en Cámara de Representantes; republicanos conservarán Senado

 

El presidente de los EU, Donald Trump, se mantuvo alejado de las redes y tras varias horas lanzó algunos mensajes en Twitter


Resignado a la pérdida de la hegemonía de su partido en Washington tras las elecciones de mitad de periodo del martes, el presidente Donald Trump contempló la posibilidad de investigaciones interminables en la Cámara de Representantes, políticas frustradas y nuevas dudas sobre la resistencia su poco ortodoxa coalición política. El dirigente celebró el éxito de los republicanos para retener el control del Senado y se distanció de cualquier responsabilidad.

Trump permaneció en silencio durante gran parte de una noche electoral en la que su partido conservó el dominio en el Senado y los demócratas se hicieron con el control de la cámara baja, un cambio que casi seguro redefinirá su presidencia. A última hora de la noche, publicó un escueto tuit: “Tremendo éxito esta noche. ¡Gracias a todos!”.

Horas más tarde, el mandatario escribió: “¡Ahora podemos volver al trabajo y hacer cosas!”.

Luego se anunció que más tarde el miércoles el presidente ofrecería una conferencia de prensa.

Trump telefoneó a la líder demócrata en la Cámara, Nancy Pelosi, una conversación que, según su oficina, incluyó una felicitación y un guiño a su apuesta por el bipartidismo.

Consideradas ampliamente como un referéndum a la presidencia de Trump, las elecciones del martes arrojaron un resultado dividido que reveló profundas tensiones entre el electorado estadounidense, un distanciamiento que podría aumentar fácilmente en dos años de reparto de poder. La agresiva campaña de Trump, que surtió efecto en algunas victorias clave, sugiere que el mandatario seguirá confiando en la confrontación.

La victoria demócrata en la Cámara les da capacidad de iniciar investigaciones contra el presidente y obstaculizar su agenda.

La vocera de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, minimizó los posibles logros demócratas.

“Quizás haya una ola, pero no creo que haya una oleada azul”, dijo a reporteros, resaltando algunas victorias republicanas tempranas.

Sobre el hecho de que los republicanos mantengan el control del Senado, la portavoz señaló que era “un gran momento y una victoria para el presidente”.

La Casa Blanca ha estado haciendo hincapié sobre las aciagas perspectivas históricas que enfrentaba: en las tres últimas décadas, 2002 fue la única elección de mitad de legislatura en la que el partido que gobernaba logró más bancas en el Senado. Y solo en dos ocasiones en los últimos 80 años, el partido del presidente logró nuevos escaños en la Cámara en estos comicios.

Trump pasó la noche electoral siguiendo los resultados con su familia y amigos en la Casa Blanca.

Casi el 40% de los electores votaron para expresar su oposición al presidente, según AP VoteCast, una encuesta a nivel nacional, mientras que alrededor de un 25% señaló que votó para mostrar su apoyo a Trump.

La oposición a Trump resultó ser un factor más motivador para los demócratas que el respaldo al mandatario para los republicanos. Sin embargo, los votantes republicanos tendían a respaldar mayoritariamente al presidente.

Demócratas se imponen en la Cámara de Representantes

Los demócratas arrebataron la mayoría al Partido Republicano de Donald Trump en la Cámara de Representantes el martes en una revuelta suburbana que amenazó lo que queda de agenda de gobierno del presidente. Pero los republicanos ampliaron su dominio en el Senado y conservaron gubernaturas clave, haciendo retroceder a una “ola azul” que nunca llegó a materializarse del todo.

El veredicto mixto en las primeras elecciones nacionales de la joven presidencia de Trump puso de manifiesto los límites de su dura retórica migratoria en el cambiante panorama político estadounidense, donde los votantes con formación universitaria de los principales suburbios de la región rechazaron sus advertencias sobre una “invasión” migrante.

Electores de clase obrera y de la parte rural del país abrazaron sin embargo sus agresivas declaraciones y posturas. La nueva mayoría en la Cámara de Representantes terminará con el dominio de los republicanos en Washington para los dos últimos años del primer mandato de Trump, con importantes dudas sobre temas como la sanidad, la inmigración y el gasto federal.

Pero la mayoría de los demócratas en la cámara baja es estrecha. Los progresistas lograron 219 escaños _ uno más de los 218 necesarios _ frente a los 193 de los republicanos, con 23 carreras pendientes de resolución.

El partido del presidente mantendrá el control sobre las ramas ejecutivas y judicial del gobierno, además de sobre el Senado, pero los demócratas tienen ahora poder de citación para investigar más en los deslices profesionales y personales del mandatario, así como en sus declaraciones fiscales.

“Mañana será un nuevo día en Estados Unidos”, dijo la líder de la minoría en la Cámara, la demócrata Nancy Pelosi, que podría convertirse en la próxima presidenta del organismo.

La noche podría haber sido mucho más memorable para su partido, que sufrió punzantes derrotas en Ohio y Florida, donde el republicano Ron DeSantis, que contaba con el respaldo de Trump, frustró la campaña del demócrata Andrew Gillum para convertirse en el primer gobernador afroestadounidense del estado.

Los comicios legislativos también mostraron una nueva distribución del electorado en base a la raza, el género y la educación que podría reformular la política nacional de cara a los próximos años.

Los éxitos conservadores estuvieron impulsados por una coalición que es claramente más mayor, blanca, de mayoría masculina y con menos probabilidad de tener formación superior. Los demócratas recibieron el respaldo mayoritario de mujeres, personas de color, jóvenes y graduados universitarios.

Las boletas demócratas, que mostraron una diversidad nunca vista, podrían haber ayudado el cambio.

Las mujeres batieron un récord al lograr al menos 85 escaños en la Cámara de Representantes, que contará con sus dos primeras diputadas musulmanas. Además, Massachusetts eligió a su primera congresista afroestadounidense y Tennessee a su primera senadora.