Sobre advertencia…
OPINIÓN / LA COYUNTURA/Vladimir Galeana Muchas veces el general Salvador Cienfuegos Zepeda, titular de la Secretaría de la Defensa Nacional, ha sido enfático al señalar que los miembros del Ejército Mexicano no están preparados para realizar las tareas que se les ha impuesto porque no han sido formados y entrenados para combatir al crimen organizado, y mucho […]
Muchas veces el general Salvador Cienfuegos Zepeda, titular de la Secretaría de la Defensa Nacional, ha sido enfático al señalar que los miembros del Ejército Mexicano no están preparados para realizar las tareas que se les ha impuesto porque no han sido formados y entrenados para combatir al crimen organizado, y mucho menos para salir a las calles cada vez que la emergencia o las necesidades del país lo ameritan.
También se ha solicitado a los diputados que realicen las adecuaciones necesarias para que su incursión en las tareas de seguridad pública cuente con un marco normativo que los obligue y señale lo que pueden y lo que deben hacer. Esta falta de delimitación de funciones es lo que los mantiene en vilo porque hasta ahora solamente el Ejército Mexicano y la Marina Armada de México son las instituciones que se han encargado de combatir al crimen organizado.
Pero los señores diputados del Congreso de la Unión tienen otras prioridades y distintos intereses porque no han querido hacer su trabajo, es más, ni siquiera está en el calendario la posibilidad de que lo hagan, lo que supone una absoluta falta de respeto a las instituciones encargadas de velar por la seguridad de más de 125 millones de mexicanos.
La irresponsabilidad de quienes encabezan las fracciones parlamentarias es brutal, y ven más por sus intereses que por los intereses de los mexicanos. Ahora el debate está centrado en un video en el que se observa a un hombre sometido que es baleado al parecer por un miembro de las Fuerzas Armadas.
Claro está que mientras los llamados “huachicoleros” operan impunemente utilizando de escudos humanos a mujeres y niños de los lugares donde hurtan el combustible buscando evitar que los soldados respondan, ellos sin observar ningún respeto por la vida tiran a matar.
Lo que se tiene que entender es que nuestros soldados están preparados para defender al país, y su mística es ofrendar su vida si ello es necesario. A ese sujeto que se dice fue victimado por un soldado, en realidad lo mató la desidia y la irresponsabilidad de nuestros diputados para dotar de un marco normativo a las tareas que desarrolla el Ejército Mexicano en las calles, en lugar de estar resguardando nuestra soberanía y protegiendo nuestros límites territoriales y marítimos.
A ese hombre también lo mató la colusión y la irresponsabilidad de los gobernadores que han preferido disponer del recurso para la preparación de las policías en otros rubros, dejando para después su obligación de preservar la seguridad pública. A ese hombre lo mataron muchos motivos que han tenido nuestros gobernantes para invertir el dinero en otros rubros que les dejan jugosas utilidades. A ese hombre lo mataron todos los corruptos de este país. Al tiempo.
BPG
