#OpiniónCapital #YoMero
La falta de humildad y la necesidad de relacionarse al tú por tú con los votantes, a la campaña se le llama #YoMero, que no sólo significa el auténtico, el bueno, sino también el que manda
Escrito está en la vulgaridad cotidiana que cada uno tiene derecho al suicidio y a cometer todos los errores que pueda.
Inevitable hablar del partido gobernante. ¿De verdad gobierna? Inevitable hablar del desembarco de los tecnócratas del ITAM en las filas del populismo y de lo que ha sido la dictadura perfecta del priismo.
De esta campaña a cargo del Gobierno me sorprende el desliz de Enrique Ochoa Reza, quiero pensar que involuntario e injustificado –porque es de suponer que se mira en el espejo de vez en vez–, sobre los “prietos” y lo que significa para México.
Aunque también me preocupan cosas como el hecho de que así como en la célebre escena de la película La caída, sobre los últimos días de Hitler, y éste pide “que ataque el Grupo de Combate Steiner”, un grupo por demás debilitado; ahora el partido gobernante no deja de repetir: “¡Vamos a ganar!” Pero, ¿acaso eso es posible con 46 por ciento del dominio del territorio nacional?
Aprecio y respeto la vida, la trayectoria y la capacidad intelectual del candidato Meade. Sin embargo, me sorprendo, me desconcierto y me pierdo en la vida del candidato ciudadano no partidista, partidista y no ciudadano, José Antonio Meade.
Ya me ocuparé de las otras campañas, pero de momento ésta tiene la responsabilidad del Gobierno y son los que deberían poner el ejemplo de lo que no se debe hacer, y sin embargo, lo han hecho.
Los primeros cien años de la Independencia de México se dedicaron a echar a los españoles para que al final se siguieran haciendo españoladas.
Pero desde 1915 los llamados “prietos” formaron parte del discurso político, humano y constitucional del país, y esa fue la gran victoria de la Revolución.
En ese sentido, México no sería lo que es si no hubiera tenido hombres como Plutarco Elías Calles que entre otras cosas creó el PNR, o como Miguel Alemán, o Lázaro Cárdenas, y por qué no, hasta como el hombre que impulsó un cambio estructural en el entendimiento de la política: Salinas de Gortari.
Por eso es conveniente no olvidar que cuando uno quiere regresar a la época previa a 1915, lo que está haciendo no es sólo practicar el porfirismo en el sentido de cuestionar por qué México no es Francia, sino que además se niega lo que significó incluir a los mexicanos en su proyecto de vida.
Que cada quien se rasque con sus uñas, pero es muy difícil tomar en serio una oferta en la que por una parte se cometen esos deslices, y por otra, frente a las dudas, la falta de humildad y la necesidad de relacionarse al tú por tú con los votantes, a la campaña se le llama #YoMero, que no sólo significa el auténtico, el bueno, sino también el que manda.
Y mi pregunta es: ¿en este momento el candidato Meade es el que manda en su campaña?
Antonio Navalón/@antonio_navalon
*Esta opinión no refleja necesariamente la de este sitio informativo
smg