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Viernes 22 de Noviembre 2024

#OpiniónCapital Semana 8: votos de Meade a Anaya no alcanzan; lo inmolan por PRI-Peña

 

Meade va rumbo al altar de los sacrificios: perder la Presidencia, pero mantener algo de fuerza legislativa del PRI para defender al partido y a Peña después del 1 de diciembre


El asunto de las encuestas ha tenido una lectura estratégica en Los Pinos con cuatro conclusiones parciales: 1.- Sacrificar a José Antonio Meade para pasarle votos al panista-perredista Ricardo Anaya –como ocurrió en 2006 con Calderón-Madrazo– implicaría la desaparición del PRI porque tendrían que quitarle al tricolor 12 de los 17 puntos, dejaría al partido con 5 por ciento, habría debacle en votación de diputados y senadores y no le alcanzarían a Anaya para vencer a López Obrador.

2.- Por tanto, versiones confiables afirman que la decisión presidencial fue muy racional y no anímica anti-Anaya: el presidente Peña prefiere que gane López Obrador a que desaparezca el PRI. Una votación menor a 10 por ciento llevaría al PRI a perder el apoyo de empresarios, aliados, militantes, medios y posiciones en cargos porque todos se pasarían al ganador y López Obrador podría acumular, en este juego de deslealtades acomodaticias normales, más de 50 por ciento.

3.- A destiempo y sin tener espacio para construir una alternativa, en Los Pinos ya entendieron que la elección es una elección anti en tres plazas: anti-PRI, anti-Peña y anti-inseguridad-corrupción.

En la medición minuto a minuto del segundo debate con grupos de enfoque, Meade se derrumbó y ya no recuperó simpatías cuando defendió al presidente Peña por la invitación a Trump. Si hubiera criticado a Peña, Meade habría rebasado a Anaya.

4.- También a destiempo se percataron –en una elección antisistema-presidentecrisis– que López Obrador no va a ganar por las mejores propuestas, sino porque es la única figura que ha luchado contra el sistema político priista. Las ofensivas negativas en su contra –Rusia, enfermedad, empresarios, Venezuela, maestros radicales, amnistía y otras– no le dañaron; al contrario, sorpresivamente le sumaron puntos. En Los Pinos hay pesimismo porque en 36 días será casi imposible hacer que pierda los más o menos 20 puntos de ventaja sobre Anaya y más de 25 sobre Meade.

Con una votación prevista de 60-70 por ciento, cada punto porcentual suma alrededor de 600 mil votos; por tanto, en encuestas López Obrador tiene una diferencia de 12 millones de votos que no podrían realinearse con facilidad.

Los cálculos anteriores tienen que ver con las encuestas, asumiendo certezas y equivocaciones. En Los Pinos se leen con credibilidad sólo dos casas encuestadoras –las demás se revisan con cuidado, aunque con desconfianza– y esas dos dan cifras efectivas –con distribución de indecisos entre los candidatos– de 50 por ciento para Morena, 24 para PAN-PRD y 16 por ciento para PRI.

Lo que hasta ahora no se ha analizado en Los Pinos es el sentimiento anti de la sociedad. Pero hay razones: marginación, caída del bienestar y falta de empleo, frente a casos escandalosos de corrupción de funcionarios. El 80 por ciento de los mexicanos tiene carencias sociales y ya se cansaron de votar por el PRI o por el PAN sin obtener recuperaciones. Si Meade representa la continuidad de ese modelo, Anaya no supo presentar una propuesta diferente porque se agotó en su egolatría.

Así que Meade va rumbo al altar de los sacrificios: perder la Presidencia, pero mantener algo de fuerza legislativa del PRI para defender al partido y a Peña después del 1 de diciembre.

Política para dummies: La política, para bien o para mal, exige talento.

Si yo fuera Maquiavelo: “Los hombres son enemigos de las empresas demasiado arriesgadas y no puede reputarse por fácil el asalto a alguien que tiene su ciudad bien fortificada y no es odiado por el pueblo”.

Carlos Ramírez/@carlosramirezh

*Esta opinión no refleja necesariamente la de este sitio informativo

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