OpiniónCapital Rumbo al debate: Anaya y la agenda de Mancera para recuperar iniciativa
El papel de Mancera como pivote está fijado en su impulso al cambio de régimen y en su insistencia de gobierno de coalición
El primer debate entre cinco candidatos será la última oportunidad del panistaperredista Ricardo Anaya Cortés para catapultar su segundo sitio electoral. Y no tiene más propuesta que la de Miguel Ángel Mancera para construir el Frente: cambio de régimen y gobierno de coalición.
El problema de Anaya, antes que la confusión de su discurso de campaña, se llama… Ricardo Anaya. A pesar de ser el candidato de una audaz alianza centroprogresista (PAN-PRD), su campaña ha carecido de una idea-fuerza porque Anaya sólo escucha a Anaya. El debate del domingo 22 será la llamada final de Anaya.
Si no hace una oferta concreta que centre la idea del final histórico del sistema/régimen/ Estado del PRI, José Antonio Meade Kuribreña podría desplazarlo con el discurso tradicional de la continuidad inevitable.
La oportunidad de Anaya está al alcance de la mano. Andrés Manuel López Obrador se vio obligado, por su necedad y la línea dura de Morena, a adelantar su agenda populista. Y Meade no tiene más oferta que la misma priista desde 1983: el modelo económico neoliberal que condena al país a seguir creciendo a tasas promedio anual de 2.5 por ciento, porque la prioridad priista no es crecer, sino mantener la estabilidad inflacionaria.
La alianza PAN-PRD tiene la circunstancia de fijar las ideas de cambio de régimen y de gobierno de coalición. Ambas confluyen en el discurso que ha insistido Mancera: construir un nuevo modelo de desarrollo a partir de las tesis de modernización del PAN y del cambio histórico del PRD.
Los electores mexicanos aún no han entendido la dimensión de la crisis de gobernabilidad que se viene: el ganador de la Presidencia no podrá acumular más de 32 por ciento de los votos por la fragmentación de las candidaturas y tampoco logrará una base legislativa mayor a 35 puntos porcentuales.
El papel de Mancera como pivote está fijado en su impulso al cambio de régimen y en su insistencia de gobierno de coalición. La clave radica en la construcción de un nuevo bloque político antipopulista y antineoliberal adelantando la agenda de coalición con una propuesta de reformas para cambiar el sistema político y el régimen de gobierno, pero sobre todo modificar el modelo de desarrollo neoliberal que puede desviarse con López Obrador hacia el populismo.
De ahí la importancia de que Anaya acepte la urgencia de una alianza interna entre las fuerzas hasta ahora dispersas de su propia candidatura. Para poder promover el cambio de régimen, el gobierno de coalición y el nuevo modelo de desarrollo Anaya está urgido a construir una coalición dominante entre los grupos que lo apoyan. Si Anaya llega confiado en sí mismo, Meade podría rebasarlo con propuestas antipopulistas.
La alianza PAN-PRD puede marcar la diferencia en proyecto de desarrollo.
El PAN carece de pensamiento político transicionista y el PRD tiene el nuevo pensamiento reformista estructural de Jesús Ortega y Jesús Zambrano. La figura que puede conciliar estas tres fuerzas es Mancera como candidato a senador y como encargado del modelo de gobierno de coalición.
El primer debate definirá el rumbo de la elección: o prende o se apaga.
Política para dummies: La política es el poder, no la honestidad ni la ética.
Si yo fuera Maquiavelo: “El siciliano Agatocles reunió al pueblo y al senado y a una señal sus soldados mataron a todos los senadores y a los ciudadanos más ricos. Entonces ocupó y supo conservar como príncipe aquella ciudad”.
Carlos Ramírez/@carlosramirezh
*Esta opinión no refleja necesariamente la de este sitio informativo
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