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Viernes 22 de Noviembre 2024

OpiniónCapital Reflexiones antes del debate presidencial

 

Lo más memorable de los debates presidenciales realizados en 2012 fue el escote de la modelo argentina que se contrató para repartir los turnos de la intervención de los cuatro candidatos antes de que debatieran el 6 de mayo de ese año


Escribo esto siete horas antes de que se lleve a cabo el primer debate de los cinco candidatos que este año buscan ganar la elección del 1 de julio.

Ojalá que me equivoque, pero no abrigo la mayor esperanza de que lo que debería ser una confrontación de ideas entre los cinco candidatos presidenciales acabe siendo, al igual que en la mayoría de los debates de este tipo realizados desde 1994, una pérdida de tiempo, en donde el que gane sea el que mejor humille a sus contrarios,como ocurrió en 1994 y 2000, cuando los abanderados panistas supieron cómo ridiculizar a sus rivales priistas y por ello avanzar en la encuestas, o como en 2006 0 2012, cuando nunca se dio un verdadero debate.

En 1994, Diego Fernández de Ceballos, del PAN, le dijo a Ernesto Zedillo, del PRI, lo siguiente: “Doctor (Ernesto) Zedillo: sabemos que usted es un buen chico, el chico de los dieces, pero en democracia usted reprueba.

Usted está aquí producto de dos tragedias: por una parte, la muerte de Colosio y por otra, la segunda designación presidencial. La primera lo rebasa, la segunda lo descalifica”.

El priista fue incapaz de responder a tal descalificación y, de acuerdo con las encuestas, perdió el debate. Pese a ello, la inexplicable desaparición de la escena pública del panista después del debate permitió que Zedillo finalmente ganara la elección, donde 48.7 por ciento de los votos tuvo a su favor.

En 2000, el priista Francisco Labastida se quejó, como si fuera una pobre víctima indefensa y no un político experimentado, de que Vicente Fox era un majadero: “En las últimas semanas me ha llamado chaparro, me ha dicho mariquita, me ha dicho ‘la vestida’, me ha dicho mandilón. Ha hecho señas obscenas…”. El panista aprovechó el garrafal error de su rival y contestó: “A mí tal vez se me quite lo majadero, pero a ustedes lo mañosos, lo malos para gobernar y lo corruptos no se les va a quitar nunca”.

En 2006, el entonces perredista Andrés Manuel López Obrador decidió no presentarse al primer debate realizado el 25 de abril de ese año, cuando en las encuestas de intención del voto aventajaba por un mínimo margen al panista Felipe Calderón.

Su inasistencia le costó un punto porcentual en las encuestas y a la postre perdió la elección, también por el más estrecho de los márgenes.

Lo más memorable de los debates presidenciales realizados en 2012 fue el escote de la modelo argentina que se contrató para repartir los turnos de la intervención de los cuatro candidatos antes de que debatieran el 6 de mayo de ese año. Nadie fue amonestado jamás por contratar a la chica que en 2008 posó desnuda para la revista Playboy.

Ojalá, aunque lo dudo, esta noche veamos un debate de verdad.

Eduardo Ruiz-Healy/@ruizhealy

*Esta opinión no refleja necesariamente la de este sitio informativo

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