OpiniónCapital Por AMLO, Tribunal e INE ayudan a conflicto poselectoral y anulación
La decisión del Tribunal Electoral para incorporar a la campaña a dos independientes –el expriista Jaime Rodríguez y la expanista Margarita Zavala de Calderón– no ha modificado la configuración de las tendencias electorales
Las piezas se están acomodando para una tormenta perfecta favorable a Andrés Manuel López Obrador: el conflicto poselectoral. El Tribunal Electoral y el Instituto Nacional Electoral han manipulado y manoseado el proceso para favorecer al PRI, que el candidato de Morena ya tiene el ambiente para denunciar irregularidades que lleven a la anulación de los resultados si perdiera las votaciones.
La estrategia gubernamental priista depende de que en menos de dos semanas López Obrador haya bajando en las encuestas y el candidato priistano priista José Antonio Meade Kuribreña pueda subir y rebasar al candidato panista-perredista Ricardo Anaya.
Sin embargo, a dos y media semanas de iniciadas las campañas formales Meade sigue hundido en el tercer sitio y Anaya mantiene el segundo lugar.
La decisión del Tribunal Electoral para incorporar a la campaña a dos independientes –el expriista Jaime Rodríguez y la expanista Margarita Zavala de Calderón– no ha modificado la configuración de las tendencias electorales.
El caso del regiomontano Jaime Rodríguez fue tan forzado en el Tribunal Electoral que el mensaje que quedó en el ambiente fue negativo: la instancia final calificadora de las elecciones, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación estuvo en el juego priista.
Por tanto, la decisión de subir a Rodríguez a la boleta electoral le quitó autoridad política y moral para hacer creíbles sus dictámenes electorales definitivos.
A diferencia de 2006 y de 2012, ahora López Obrador ha construido una red de alianzas políticas con importantes figuras del sistema, entre ellas una exministra jubilada de la Suprema Corte, varios panistas prominentes, activistas con relaciones internacionales y muchos priistas. El papel político de estos cuadros será apuntalar las denuncias de fraude electoral si los resultados no cuadran con las tendencias de las encuestas.
Como nunca, la sombra de la anulación electoral comienza a tomar forma. A las encuestas se suman indicios concretos de parcialidad priista del Tribunal Electoral, el INE, la Procuraduría General de la República, la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales, los medios afines al PRI, el Consejo Coordinador Empresarial y otras cúpulas privadas reinsertadas al PRI-gobierno y hasta la iglesia funcional a la continuidad del PRI en la presidencial.
En el equipo lopezobradorista están acumulando estas evidencias para no sólo judicializar el conflicto poselectoral, sino internacionalizarlo.
Pero con el agregado de que una victoria de López Obrador podría también ser un argumento priista para anular las elecciones y convocar a otras en dos años, con un presidente interino de cuando menos dos años y apostarle al desgaste físico de López Obrador y a la ausencia de un líder de recambio con las mismas condiciones de popularidad.
El uso priista de instituciones como el Tribunal Electoral, el INE y la PGR tuvo el costo de aportar elementos suficientes para argumentar parcialidad electoral.
Y si la PGR profundiza su persecución contra Anaya para ayudar al priista-no priista Meade a quedarse con el segundo sitio, también habría elementos para que el PAN y el PRD apelen a la anulación de las elecciones por condiciones no democráticas para las votaciones.
Por lo pronto, la gravedad del caso quedó ya a la vista de todos: las autoridades electorales están jugando a favor del PRI.
Política para dummies: La política es la habilidad para decidir sobre los peores escenarios posibles, con el fin de que cuando lleguen los positivos las expectativas sean mejores.
Carlos Ramírez/@carlosramirezh
*Esta opinión no refleja necesariamente la de este sitio informativo
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