#OpiniónCapital La traición e hipocresía de Gabriela
"En este 2018 he decidido, con la misma convicción democrática del año 2000, unirme al movimiento plural que ha convocado el licenciado Andrés Manuel López Obrador”: Gabriela Cuevas
La senadora Gabriela Cuevas traicionó a su partido, a sus ideales y a quienes creyeron en ella al anunciar el domingo pasado que abandonaba al PAN, en el que militó durante 23 años, para sumarse a otros políticos que, convencidos de que Andrés Manuel López Obrador ganará la elección presidencial del 1 de julio entrante, han abandonado a sus partidos para apoyar al tabasqueño.
Para justificar su decisión, la ahora independiente dijo: “De la misma forma en que en el año 2000 fui parte del movimiento que logró la alternancia en la Presidencia de la República, en este 2018 he decidido, con la misma convicción democrática, unirme al movimiento plural que ha convocado el licenciado Andrés Manuel López Obrador”.
La razón para justificar su traición sería creíble si en el pasado hubiera demostrado algún tipo de admiración por AMLO.
Recordemos que en abril de 2005 ella, quien en entonces era diputada local del DF, junto con otro legislador panista, Jorge Alberto Lara, pagaron sin la autorización de AMLO la fianza de dos mil pesos que un juez le fijó para no pisar la cárcel después de que la Cámara de Diputados le retirara el fuero y un juez lo declarara presunto responsable del delito de desobediencia equiparable al abuso de autoridad.
Entonces, ambos explicaron que pagaron la fianza para evitar que AMLO se convirtiera en un mártir de su causa.
Ella dijo: “Que enfrente el juicio y la ley en libertad, ya no queremos que siga utilizando ni las instituciones ni los recursos públicos para manipular y guardar sus propios errores, mucho menos para hacer un proceso de engaño para la ciudadanía”. López Obrador calificó el pago como una sucia maniobra política.
Hasta el domingo pasado, la ahora expanista criticó constantemente a quien hoy es su guía y caudillo, tildándolo de ignorante, corrupto, antidemocrático y dictatorial, entre otras cosas.
Ahora, de repente, descubrió que AMLO es bueno y acepta, con inaudita hipocresía: “Me equivoqué en juzgar a López Obrador por la figura pública que representa”.
La verdad es que no se equivocó.
Lo único que hizo es irse a donde cree que tiene mejores perspectivas, después de que el PAN no aceptó regalarle una diputación federal plurinominal que le permitiría seguir siendo presidenta de la Unión Interparlamentaria hasta 2020, cargo que supuestamente logró con el decidido apoyo del secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray, de quien es cercana. Aparentemente, AMLO la hará candidata, sacrificando las ilusiones de quienes han sido sus verdaderos seguidores, aunque podría mandarla a competir por la alcaldía de Miguel Hidalgo, si cree que el precandidato Víctor Hugo Romo no garantiza el triunfo.
La capacidad que algunos tienen para traicionar y ser hipócritas no tiene límites. Gabriela Cuevas es el ejemplo más reciente de ello.
Eduardo Ruiz-Healy/@ruizhealy
*Esta opinión no refleja necesariamente la de este sitio informativo.
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