OpiniónCapital La siembra del odio
El radicalismo de las falanges del Movimiento Regeneración Nacional será la nueva fuerza de apoyo ante el eventual triunfo de Andrés Manuel López Obrador
La polarización que está viviendo el país a causa de las campañas políticas que realizan los candidatos a la Presidencia de la República está generando percepciones poco favorables para garantizar la paz pública antes y después de los comicios, y hasta ahora los más competidos de la historia del país. No es un problema nimio porque seguramente con el posible triunfo de quien hasta ahora sigue conservando la delantera en las preferencias electorales, surgirán falanges radicales que buscarán lavar afrentas o cobrar venganza por los agravios recibidos.
Tampoco es una afirmación descabellada desde el momento en que la guerra sucia está siendo factor de confrontación entre falanges radicales, pero sobre todo entre afectos y desafectos al señor Andrés Manuel López Obrador, quienes han venido lanzando advertencias de que esta vez no habrá poder humano que evite la llegada del tabasqueño a la Presidencia de la República. Y no es un asunto menor desde que la guerra sucia que más ha prevalecido es la que llevan a cabo los estrategas buscando polarizar aún más el escenario con una serie de afirmaciones tendientes a sembrar mayor encono social.
De lo que se trata es de que esas falanges radicales salgan a la calle el mismo día de la elección a defender el posible triunfo del abanderado de Movimiento Regeneración Nacional, pero sobre todo, que se preparen para llevar a cabo ese cambio de régimen que tanto han propalado en el discurso los candidatos a diversos cargos de elección popular.
Hasta ahora no son muchos los que han visualizado este tipo de circunstancia que vivirá el país, pero no deja de formar parte de esa cartera de eventualidades que tienen los morenistas para garantizar su arribo al poder.
La amenaza de Paco Ignacio Taibo en el sentido de sacar a la calle al menos a tres millones de personas para defender las decisiones que tome López Obrador como Presidente de la República, es parte de la estrategia, y los mexicanos podemos tener ya la seguridad de que las cosas nunca volverán a ser como hasta ahora las hemos vivido. Gane quien gane México ya no será el mismo, y lo peor de todo es que la violencia seguramente marcará el arribo de los nuevos tiempos.
El Ejército y la Marina Armada de México recibirán la orden de guardarse en los cuarteles, porque el nuevo ejército que garantizará los cambios anunciados serán esos tres millones de jóvenes que serán becados por Andrés Manuel López Obrador para que se conviertan en aprendices, como ya lo anunció muchas veces, y que recibirán un apoyo económico cercano a los cuatro mil pesos mensuales. Así de simple será la garantía de ese cambio de régimen y de la nueva mística de operación política del país.
El radicalismo de las falanges del Movimiento Regeneración Nacional será la nueva fuerza de apoyo ante el eventual triunfo de Andrés Manuel López Obrador, por eso la afirmación de que el Ejército y La Marina regresarán a los cuarteles porque no serán de utilidad ante el advenimiento del nuevo régimen.
México ya no será el mismo después de la elección presidencial, y lo previsible es que esa siembra del odio provoque no tan solo brotes de violencia, sino cruentas e irracionales venganzas. Al tiempo.
Vladimir Galeana/@vladimirgaleana
*Esta opinión no refleja necesariamente la de este sitio informativo
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