#OpiniónCapital La lista
Según como se haga la lista y quién esté en ella, habremos dado un paso más en lo que aún se especula como una inminente resolución de la jefatura del partido priista, que se definirá la próxima semana con el posible cambio de su titular Enrique Ochoa
Bueno, pues el Frente y Morena ya enseñaron sus cartas, y ahora sabemos quiénes serán propuestos para convertirse en las estrellas de la nueva legislatura.
Siguen los ecos de lo que significa la inclusión del líder sindical minero en el exilio, del expresidente del Partido Acción Nacional y del jefe de gobierno de la CDMX en la lista del PAN para ser senador, y en ese sentido, ya está más o menos definida la política y lo que pretenden hacer, otra cosa es que al final realmente les resulte.
Ahora sólo falta la lista de Schindler del PRI. Y eso es de gran importancia por varias razones.
Para empezar, porque según como se haga la lista y quién esté en ella, no sólo habremos dado un paso más en lo que aún se especula como una inminente resolución de la jefatura del partido priista que se definirá la próxima semana con el posible cambio de su titular Enrique Ochoa, para disfrutar del Poder Ejecutivo –es verdad que duele, pero es el Poder Ejecutivo a fin de cuentas–; sino que sobre todas las cosas podremos ver cómo está el termómetro del mundo de los compromisos y los sacrificios.
A los servidores públicos, sobre todo a los que han tenido tanto éxito y duran tantos años mandando y disfrutando del presupuesto, nunca se les acaba la vocación de servicio. Y es que, una vez que salen de eso y dejan atrás noches en vela que sacrificaron como secretarios de Estado por el bienestar del pueblo mexicano; después quieren seguir apoyándonos, defendiéndonos y trabajando para nosotros desde una curul, ya sea de senador o de diputado.
Y no vaya usted a creer que todo esto es por el fuero eh. ¡Nada qué ver! Nada qué ver con el hecho de que se les proteja por las barbaridades que hayan cometido, no, para nada, eso se llama simple y llanamente vocación de servicio y amor por procurar para nosotros, y no para ellos, sólo lo mejor.
El problema es que ahora mismo, tal y como están las cosas, los equilibrios son imposibles y ya no se pueden aplazar.
¿Será Osorio Chong el que va a dirigir la bancada priista en el Senado? ¿Eso es lo que realmente quiere el candidato?
¿Se va a incorporar Videgaray tras su camino triunfal por las alamedas de Washington con el derecho de picaporte que tiene en la Casa Blanca, gracias a que el presidente Trump entiende el sacrificio que hace como secretario de Relaciones Exteriores al representar a un país tan difícil como el nuestro?
¿Quién va a mandar? Pero lo que es más importante, ¿quién va a seguir sirviéndole al pueblo de México? Y, de paso, pero sólo de paso, ¿quién va a estar protegido para no acabar frente a cualquier problema legal que pueda surgir, sin tener lo que significa el colchón, el escudo y la protección del fuero parlamentario?
Antonio Navalón/@antonio_navalon
*Esta opinión no refleja necesariamente la de este sitio informativo
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