OpiniónCapital Estados Unidos no intervendrá en nuestra elección
Nada sería más perjudicial para nuestro país que Donald Trump y su gobierno intervinieran para modificar los resultados de la elección presidencial
Es increíble, pero varias personas que no ven con agrado el hecho de que Andrés Manuel López Obrador sea el próximo presidente de México y que aparentemente creen vivir en un mundo diferente al actual, me han dicho que Estados Unidos y su presidente no permitirán que el tabasqueño gane la elección presidencial o, que si la gana, asuma el cargo el 1 de diciembre venidero.
A estos despistados les digo que nada sería más perjudicial para nuestro país que Donald Trump y su gobierno intervinieran para modificar los resultados de la elección presidencial. Les explico que el daño que le causaría a México tal intervención sería incalculable, que la gran división que ya existe entre los mexicanos se ahondaría, que nuestra incipiente democracia desaparecería quién sabe durante cuántas décadas, que nuestra economía sería aún más dependiente de la estadounidense, que nuestros gobernantes terminarían siendo peones de Estados Unidos al servicio de los intereses gringos y no de los mexicanos.
En fin, la lista de todo lo negativo que le significaría para México dicha intervención es francamente muy larga para anotar en este espacio.
También les digo a estas asustadizas personas que, a fin de cuentas, el gobierno de Trump no intervendrá la elección presidencial de 2018 porque simple y sencillamente sabe que hacerlo es muy difícil y que al hacerlo no obtendrá algún gran beneficio a cambio.
Además, ninguno de los adversarios de AMLO es un proyanqui dispuesto a todo con tal de ganar la Presidencia.
Recuerdo que en 2000 muchos priistas, al ver que su candidato presidencial Francisco Labastida no sería capaz de mantener la presidencia en manos de su partido, me decían que “los gringos no permitirán que el PRI deje de gobernar”.
Ese año, para contestarle a estos intervencionistas trasnochados, escribí un artículo que publiqué en el Newsletter ¡Buenos Días! Fax/Internet, que entonces dirigía y distribuía cotidianamente entre 20 mil lectores. Algo de lo que entonces pensaba todavía es válido hoy:
“Quienes influyen en la Casa Blanca, en el Capitolio y en Wall Street están decepcionados con los resultados de la economía mexicana durante los últimos 13 años… el fracaso de los regímenes priistas está afectando a los políticos y grandes corporaciones estadounidenses, quienes no saben cómo justificar el apoyo que le siguen dando a un país que los inunda de trabajadores ilegales y de drogas, a un régimen priista que ha empobrecido a la mayoría de la población y por ello evitado el desarrollo de los mercados para los productos Made in USA… Los defensores de la continuidad priista, todos ellos ardientes guardianes de la soberanía nacional, ya ni con la ayuda del tío Sam pueden contar”.
Hoy, con el antimexicano Trump instalado en la Casa Blanca, lo anterior es más cierto que hace 18 años.
Eduardo Ruiz-Healy/@ruizhealy
*Esta opinión no refleja necesariamente la de este sitio informativo
smg