#OpiniónCapital El Frente ¿por México?
Reconozco que la idea de unificar lo que queda de la izquierda del PRD, lo que queda de la derecha del PAN y lo que queda del Movimiento Ciudadano –sin duda la operación más interesante que no veía desde hace años, a cargo del bróker político Dante Delgado–, podría llegar a ser una oferta atractiva.
Desde el primer momento hubo una certeza casi fatalista que avanzaba con el paso del tiempo, y es que el Frente sólo sería posible si tuviera no un rey Sol, pero sí un dirigente que encarnara lo mejor de la juventud del siglo XXI, frente a la gerontocracia del siglo XX.
Ahora el Frente y el candidato Anaya son prácticamente lo mismo.
Sin embargo, visto con perspectiva, hay que decir que lo malo no es que se sepa que un político traiciona. Porque al final, ¿qué significa eso cuando uno se dedica a la política? ¿Y por qué el resultado de la traición siempre tiene que ver con aquel que consigue llevarse el gato al agua o lo que es lo mismo, la banda al pecho?
Lo que de verdad importa es si se tiene la astucia de sumar, no sólo de forma cosmética, no sólo para hacer spots o para ofrecer una falsa unidad, sino para conformar una coalición en la que realmente lo mejor que queda del PRD, del PAN y del Movimiento Ciudadano se logre configurar con generosidad y grandeza como una oferta inteligente, y no sólo al servicio de un César.
La semana pasada manifesté lo que pienso de esas sorprendentes y oportunas revelaciones en torno a los posibles delitos que haya cometido el candidato del Frente, sin embargo, también es verdad que no sólo la insistencia y la reiteración resultan sospechosas y desgastantes, sino que ante eso habrá que dar explicaciones que vayan más allá de lo perverso.
Y es que, no hay que olvidar que el partido en el Gobierno también es perverso y lo fue cuando ayudó y lanzó al ahora candidato blanquiazul, cuando el secretario de Relaciones Exteriores y el propio presidente aseguraban que su figura política estaba encadenada y podría mostrar al nuevo México.
Porque en aquel momento era el PRI amigo, como ese célebre spot en el que Anaya se deshace en elogios, seguramente compartidos por muchos de nosotros, sobre el candidato Meade.
La cuestión es que independientemente de arreglar lo suyo, lo importante es saber qué queda del Frente por México más allá de las listas de plurinominales, es decir, qué aportan los partidos que lo conforman además de la base para que la campaña sea sólo Anaya.
Y eso necesariamente tuvo que haberse traducido en los gobiernos de coalición y en el compromiso político del presidente para demostrar que con sus socios están dispuesto a hacer algo más que pura cosmética electoral.
Antonio Navalón/@antonio_navalon
*Esta opinión no refleja necesariamente la de este sitio informativo
smg
