#OpiniónCapital El factor Slim

Sin lugar a dudas quien mejor sigue caminando hacia la meta es Andrés Manuel López Obrador, pero ya comenzó a cometer los errores que en otras ocasiones lo dejaron fuera de la pelea por la Presidencia de la República. Hasta ahora parece que él mismo se veda la oportunidad del triunfo, porque las listas que presentó contienen una serie de personajes impresentables que seguramente serán botados por el electorado y le harán perder votos que pudieran marcar la estrecha diferencia con que se resolverá la elección presidencial.

Independientemente de sus propuestas a senadores y a quienes le podrían acompañar en el ejercicio gubernamental, ahora buscará a los empresarios para establecer un acuerdo para sacar adelante al país, y se incluyen aquellos con quienes en el pasado tuvo y mantuvo severas diferencias. La convocatoria seguramente le costará mucho trabajo por las diferencias del pasado, aunque señale que es para sacar al país del atolladero en que lo han metido quienes lo han manejado.

Dos de los más conspicuos empresarios del país, y del grupo de los más ricos, recibieron dicterios de su parte en diversas ocasiones, pero ahora que encabeza la preferencia electoral ha suavizado el tono de sus reclamos porque ya entendió que no se puede pelear con el dinero. Pero no todo será miel sobre hojuelas, porque si algo tienen los empresarios es memoria y recuerdan la forma tan soez con que los trató en el pasado.

También se dio tiempo para elogiar a quienes se han sumado a su proyecto para ser postulados al Senado de la República, y son esos hombres y mujeres quien en el pasado reciente fueron denostados por quien ahora los impulsa. Muchos analistas han vertido críticas feroces por lo que está ocurriendo, pero habrá que decirles que lo que está haciendo el tabasqueño es política, y tiene muy medidas las ambiciones para cada quien.

Hacer política antisistema ha sido su mayor virtud, y también le ha permitido acumular una riqueza considerable. La última vez que trabajó fue como jefe de Gobierno en el Distrito Federal, el salario devengado de ninguna manera le alcanzaría para mantener el ritmo de vida que le ha procurado a sus familiares. Vaya, ni siquiera para pagar el vehículo deportivo que detenta uno de sus hijos o la casa que posee en el exclusivo barrio residencial en lo que otrora se denominó “La Colina del Perro”.

Cuando fue jefe de Gobierno del Distrito Federal, el señor López Obrador realizó jugosos negocios con Carlos Slim.

Construyó los segundos pisos y adquirió la mayor parte de los edificios del Centro Histórico y una enorme franja de un corredor que llegaría hasta la Villa de Guadalupe. Carlos Slim está de su lado, y sin duda será un factor importante a la hora de establecer compromisos con el sector empresarial. Su peso es enorme, y seguramente pude aportar mucho.

¿Se sentirá traicionado Carlos Salinas de Gortari? Al tiempo.

Vladimir Galeana/@vladimirgaleana

*Esta opinión no refleja necesariamente la de este sitio informativo

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