OpiniónCapital El campo de juego
India tiene 48 por ciento de su territorio cultivable, cultivado; Ucrania tiene 53 puntos porcentuales de su territorio cultivable, cultivado; mientras que México sólo tiene 12 por ciento de su territorio cultivable, cultivado
Yo comprendo que los millones de muertos que ocupan los cementerios del mundo, que fueron sacrificados no en el altar del becerro de oro, no en la pureza étnica de los campos de exterminio, sino en las recomendaciones económicas del Consenso de Washington o en las fórmulas de Fondo Monetario Internacional; ahora se revuelcan en sus tumbas.
Y así como nunca hay muerto malo, la mayor parte de los muertos del pueblo, siempre son innecesarios.
Ahora como si no fuera suficiente con todo lo que estamos viviendo, resulta que con una Europa quebrada por el Brexit y un Estados Unidos en manos de Trump, la economía que lo es todo, ya importa muy poco.
Me gusta la declaración del secretario de Economía: “México y Canadá deben estar listos para un TLCAN sin Estados Unidos”.
Pero además, si observamos bien el nivel de crisis por el que atraviesa el vecino del norte, lo que sería patriótico es que nosotros construyéramos el muro de nuestro lado para que ellos no entraran.
Tenemos que protegernos y preservarnos, y gane quien gane las elecciones, y haga quien haga los programas de gobierno, sería muy positivo que se empezara a incluir en los programas electorales y en las promesas siempre incumplidas de las campañas, un hecho que en lo personal me ha conmocionado. Me explicaré.
India tiene 48 por ciento de su territorio cultivable, cultivado; Ucrania tiene 53 puntos porcentuales de su territorio cultivable, cultivado; mientras que México sólo tiene 12 por ciento de su territorio cultivable, cultivado.
Y es que, si con el mismo entusiasmo con el que plantamos la amapola y cosechamos la marihuana, nos dedicáramos a cultivar frutas y verduras, entonces no sólo tendríamos la capital mundial del aguacate, sino que también seríamos un país donde nuestra hambre podría disminuir gracias a los campos y donde nuestros “ninis” no tendrían que licenciarse casi a los 15 años como expertos tiradores de cuernos de chivo.
El campo es la solución y si ahora hay que impulsarlo aún más tras el sufrimiento por el que ha atravesado con el TLC, pues para ayer, porque hoy ya es tarde.
¿Quién de los candidatos tiene hasta el momento unas propuestas con sentido común?
¿Usted cree que es posible acabar con la violencia si no acabamos primero con el hambre? Yo no.
¿Usted cree que es posible acabar con la violencia si no integramos a todos los que en un país sin oportunidades, mañana no tendrán más camino que ser sicarios? Yo no.
¿Usted cree que forzosamente tenemos que mirar algún modelo económico como el europeo, el chino, el de Corea del Norte o el de Estados Unidos? Yo no.
Antonio Navalón/@antonio_navalon
*Esta opinión no refleja necesariamente la de este sitio informativo
smg