#OpiniónCapital Anaya debe explicar correcta y convincentemente
Si no responde correcta y convincentemente podría irse a pique su candidatura porque la acusación que se hace en su contra es muy grave: la de ser un lavador de dinero, ni más ni menos
Ricardo Anaya podría ver como se evapora la aceptación que tiene entre los votantes si no es capaz de responder rápida y contundentemente las acusaciones de estar involucrado en un negocio inmobiliario con el propósito de lavar dinero, negocio que el PRI probablemente se ha encargado de filtrar al público a través de diversos medios de comunicación.
En un video que difundió el 25 de febrero pasado a través de su cuenta de Twitter @RicardoAnayaC, el candidato presidencial del PAN-PRD-MC intentó explicar el negocio que realizó en un parque industrial de Querétaro. Días antes, en una entrevista con Carlos Loret de Mola, negó haber hecho algo malo y evadió contestar qué tan bien conoce a un individuo acusado de lavado de dinero.
En resumen: en mayo de 2014 Anaya y su empresa le compraron un terreno de 13,000 metros cuadrados a una empresa llamada Park Development. El terreno fue financiado con recursos que obtuvo al hipotecar su casa (“hipotequé mi casa, obteniendo un crédito de Banamex”, dijo), con un crédito de Park Development y con sus ahorros personales y los de su empresa. Sobre el terreno, que costó 13 millones de pesos, se construyó una bodega industrial que dos años después se vendió en 54 millones a una empresa llamada Manhattan Master Plan, cuyo accionista principal, según Anaya, es el arquitecto queretano Juan Carlos Reyes. Con los 54 millones Anaya liquidó lo que debía del terreno, pagó impuestos y compró otro terreno en el mismo parque industrial para, en el futuro, tal vez construir otra bodega. Todo normal y legal, según lo explica en su video.
Sin embargo, desde el 20 de febrero, cuando fue acusado, han surgido diversas preguntas alrededor de sus explicaciones. Si no las responde correcta y convincentemente podría irse a pique su candidatura porque la acusación que se hace en su contra es muy grave: la de ser un lavador de dinero, ni más ni menos.
Sobre todo, Anaya debe explicar cuál es su relación con Manuel Barreiro, quien supuestamente es el verdadero propietario de Manhattan Master Plan, la cual, curiosamente, el 16 de febrero pasado fue declarada empresa fantasma por el SAT. En una entrevista con Carlos Loret de Mola se negó a decir si Barreiro es su amigo, a pesar de que ayer apareció un video de octubre de 2005 donde se le ve bailando en la boda de éste.
Tiene razón el panista al afirmar que quien vende no es responsable de conocer el origen de los recursos con los que le paga el que compra. Pese a ello, Anaya debe convencer a la opinión pública que desconocía las actividades aparentemente ilícitas de Barreiro y explicar por qué no aceptó desde el principio que éste es más que un mero conocido.
Eduardo Ruiz-Healy/@ruizhealy
*Esta opinión no refleja necesariamente la de este sitio informativo
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