La moneda está en el aire
COLUMNA/ LA COYUNTURA/ Vladimir Galeana Andrés Manuel López Obrador se convirtió en dueño del Movimiento de Regeneración Nacional y del Partido del Trabajo. Fue claro y conciso, no habrá alianza para 2018 con Movimiento Ciudadano, Encuentro Social, Nueva Alianza y el Partido de la Revolución Democrática. La razón es simple, no quisieron ir con él […]
COLUMNA/ LA COYUNTURA/ Vladimir Galeana
Andrés Manuel López Obrador se convirtió en dueño del Movimiento de Regeneración Nacional y del Partido del Trabajo. Fue claro y conciso, no habrá alianza para 2018 con Movimiento Ciudadano, Encuentro Social, Nueva Alianza y el Partido de la Revolución Democrática. La razón es simple, no quisieron ir con él apoyando a Delfina Gómez en el Estado de México, y eso los condena a caminar solos o unirse a cualquiera de las otras alianzas opositoras a su proyecto.
Lo cierto de todo, y hay que reconocerlo, es que el tabasqueño ha mantenido hasta ahora la capacidad de marcar la agenda no tan sólo de los partidos que lo han apoyado, sino de todos los demás, aunque no quieran aceptarlo. El hecho de poner fin a la especulación acerca del destino del Partido de la Revolución Democrática obliga a los demás partidos a replantearse los proyectos y los escenarios para la elección presidencial de 2018. Por lo pronto, el tabasqueño demuestra que sigue imponiendo agenda.
Es más fácil enfrentar una elección en tercios que confrontar a un solo bloque. Por eso López Obrador decidió no incluir en su proyecto al PRD sabedor de que sus integrantes nunca aceptarán sumarse a los tricolores en una posible alianza en su contra, y eso augura que tendrán que seguir manteniendo la unión con los blanquiazules con la única finalidad de la consecución del poder por el poder mismo. No habrá soporte ideológico, simplemente el programa de gobierno que diseñen y acuerden.
Pero también hay que decir que la decisión le otorga tanto a panistas como a perredistas una enorme posibilidad de alcanzar el triunfo, por consecuencia de formar gobierno. Claro que con ello los blanquiazules tendrán la seguridad de que serán quienes propongan al abanderado o abanderada. Por lo pronto, se avecina una cruenta lucha hacia el interior del panismo entre Rafael Moreno Valle y el propio Ricardo Anaya, toda vez que los perredistas han declarado que no quieren saber nada de Margarita Zavala.
Por su parte, los tricolores demostraron que no se les puede dar por muertos. Tuvieron la capacidad de ganar lo que ellos consideran la entidad más importante: el Estado de México, y conservaron Coahuila.
Nayarit importa menos porque ahora van por la recomposición interna y la negociación con los grupos políticos para enfilarse hacia la que será la elección más reñida de los últimos 30 años.
Lo que no entienden los políticos de todos los partidos es que la gente está harta de las luchas de poder por el simple poder, y seguramente habrá muchos mexicanos que volteen hacia una posible alianza ciudadana como la que han venido planteando políticos de todas las ideologías. El senador Armando Ríos Piter está creciendo, y no es descartable que sea arropado los diversos grupos de la sociedad civil, y puede convertirse en una opción distinta ante el hartazgo de las reyertas partidistas. Al tiempo.
BPG