Focos Rojos: Antonio Navalón
Los focos rojos no están hechos para asustar, pero se están encendiendo solos y nadie parece querer entenderlo
El reciente enfrentamiento en Coyoacán entre simpatizantes del PRD y Morena -que a fin de cuentas son ramas del mismo árbol-, los saqueos de diferentes tiendas del Edomex, más las reacciones todavía sin dimensionar sobre lo que está representando el incremento del precio del gas LP y su repercusión sobre el costo de productos de consumo básico; significan en mi opinión una serie de focos rojos que los políticos, además de estar grillando en lo suyo, deberían escuchar y prevenir con atención.
Hay dos tipos de violencia en el país: la de los políticos, la que crean, con la que se entretienen, la que creen que controlan; y aquella que estalla espontáneamente.
El 14 de julio de 1789 jamás se anunció. El pueblo francés había pasado hambre y seguramente muchas veces había recibido la insensible sugerencia de que comieran pasteles, por parte de su soberana. Sin embargo, ese día el pueblo se cansó, dio un paso más allá, asaltó la Bastilla y la historia del mundo fue distinta.
¿Qué me preocupa? Que ahora en México por una parte es mucha la desesperanza, hay mucha gente esperando a que le llegue la ayuda para reconstruir su casa afectada por el terremoto, mucha gente luchando para poder pagar el precio de las tortillas; y por otra, hay demasiada discusión y demasiada grilla política con la que sólo se ofenden, se pelean y se humillan entre ellos, pero no hablan ni del hambre que tienen aquellos a quienes quieren representar, ni de cómo evitar el estallido social.
Estamos en medio de una dinámica en la que nada es lo que era y en cualquier momento se puede salir de control.
Y si a todo eso le añadimos los niveles de inseguridad que ahora nos pueden hasta quitar la vida por cincuenta pesos, llegamos a un cuadro que evidencia algo a lo que parecen resistirse una y otra vez, que es aceptar que el país atraviesa por una emergencia nacional de tal calibre que lo que necesita son acciones políticas de mayor cuantía y no sólo declaraciones sin contenido.
Por ejemplo, sería mucho mejor establecer acuerdos políticos entre los partidos no para repartirse las curules, no para ver quién pondrá sobre su pecho la banda presidencial, sino para tener un gobierno de emergencia que de verdad pueda garantizar la solución a este momento.
La rosca de reyes de este año tiene como todas su niño integrado, y me temo que el niño de este 2018 trae consigo una situación social que no se está dimensionando adecuadamente y que al pueblo de México no le saldrá tan barato como sólo llevar los tamales el 2 de febrero.
Los focos rojos no están hechos para asustar, pero se están encendiendo solos y nadie parece querer entenderlo.
Twitter: @antonio_navalon
*Esta opinión no refleja la de este sitio informativo
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