El trimestre del milagro
OPINIÓN / PUNTOS SOBRE LA ÍES/ Antonio Navalón En Tepoztlán, la tierra de Quetzalcóatl, habita entre las piedras, las ramas y el agua, no sólo la esencia de la serpiente emplumada, sino del espíritu indómito y primario del Dios que amparó nuestra mayor civilización. Y es que, cuando la Conquista y la cristianización nos cambiaron el […]
OPINIÓN / PUNTOS SOBRE LA ÍES/ Antonio Navalón
En Tepoztlán, la tierra de Quetzalcóatl, habita entre las piedras, las ramas y el agua, no sólo la esencia de la serpiente emplumada, sino del espíritu indómito y primario del Dios que amparó nuestra mayor civilización.
Y es que, cuando la Conquista y la cristianización nos cambiaron el sacrificio ritual de cada año por un sacrificio diario, permitimos que los dioses dejaran de serlo y los convertimos en seres humanos.
Humanizar a los dioses y endiosar a los hombres fue el truco del gobierno, y aunado a ello llegó la capacidad de creer en los milagros.
¿No le parece a usted un milagro que en lo que va del año con Trump en la Casa Blanca y con todo lo que está cayendo por el escándalo de Odebrecht, la economía mexicana siga creciendo?
Porque pese a las nuevas políticas de Trump nosotros poco a poco hemos registrado más de dos puntos porcentuales de crecimiento en el primer trimestre del 2017.
Y además, no es que hayamos recuperando el control sobre el peso, pero sí es verdad que es de las monedas que más se mueven y que más utilizan los especuladores, aunque sea como carne de cañón.
Pero visto todo el panorama, teniendo a un Trump cada día más borracho del “Russiangate” y teniendo esta clase política con los gobernadores que hubo y sabe Dios cómo saldrán los que están; crecer al ritmo de 2.8% anual pese al desmadre de la inflación, significa un éxito.
Aunque aún no sé cómo le vaya a hacer el gobierno para resolver la salida de Agustín Carstens del Banco de México, para nombrar al nuevo gobernador de esa institución y para designar seguramente a un nuevo secretario de Hacienda y a un nuevo director de Pemex.
Frente a eso uno se cuestiona si no será demasiado tarde, porque aquel que se ha vanagloriado como el mago de los números, es decir, el director de Pemex, Pepe Toño, es un gran doctor, el problema es que al parecer es anatomopatólogo, puesto que uno de sus mejores diagnósticos lo hace mediante autopsias cuando el enfermo ya está muerto.
Sin embargo, ahora le está haciendo una autopsia a Pemex sin que aún haya muerto. Por lo tanto las pocas posibilidades de vida que pudiera tener Petróleos Mexicanos se las está llevando la impecable estructura financiera de Pepe Toño.
Si él hubiera seguido en el IMSS se habrían aclarado las estadísticas, porque cuando la gente se enferma y no se le trata, se muere, y así en la medida en la que fallezcan más derechohabientes el IMSS tendría más recursos. El único problema es que nadie le explicó cuando dirigió al IMSS, que esa institución está para curar y mantener viva a la sociedad, y ahora nadie le ha explicado en Pemex que su trabajo no es enterrarlo.
Twitter @antonio_navalon