El falso, mentiroso y populista discurso de AMLO (2 de 2)
COLUMNA/OPINIÓN/ Eduardo Ruiz-Healy Continúo hoy la transcripción de parte de lo que escribí sobre Andrés Manuel López Obrador el lunes 12 de diciembre de 2011, donde comenté sobre el discurso que el entonces perredista pronunció tres días antes al lanzar su segunda candidatura presidencial. Entre las cosas que dijo en esa ocasión: “Hemos […]
COLUMNA/OPINIÓN/ Eduardo Ruiz-Healy
Continúo hoy la transcripción de parte de lo que escribí sobre Andrés Manuel López Obrador el lunes 12 de diciembre de 2011, donde comenté sobre el discurso que el entonces perredista pronunció tres días antes al lanzar su segunda candidatura presidencial.
Entre las cosas que dijo en esa ocasión:
“Hemos dado a conocer hace unos días los fundamentos para una República Amorosa. Tres fundamentos básicos.
Primero: Establecer como forma de vida y como forma de gobierno en nuestro país la honestidad. Elevar a rango supremo la honestidad. Todos sabemos que el principal problema de nuestro país es la corrupción política. Por eso es un fundamento para la República Amorosa, que actuemos todos con honestidad, que prediquemos con el ejemplo. Si entre todos hacemos valer la honestidad, vamos a sacar adelante a nuestro país, porque el gobernante va a contar con autoridad moral que se requiere para gobernar la nación, sobre todo en momentos de decadencia. Vamos con honestidad a tener autoridad para que se aplique un plan de austeridad republicana”.
Lo que comenté fue lo siguiente: “Otra vez una falsedad. Durante muchos años López Obrador se ha rodeado de personas no sólo deshonestas sino corruptas. No podemos olvidar que su exsecretario particular René Bejarano fue grabado en video cuando, como presidente del PRD del DF, recibía millones del empresario argentino Carlos Ahumada. También en video quedó grabado su secretario de Finanzas en el Gobierno del DF, Gustavo Ponce, cuando apostaba manos de 500 dólares en Las Vegas. Ponce fue encontrado culpable de lavado de dinero y ahora es sujeto a proceso por fraude genérico. En ambos casos AMLO negó saber que sus dos cercanísimos colaboradores fueran unos corruptos, increíblemente, muchos le creyeron. En lo que a la austeridad republicana se refiere, me gustaría de cuál austeridad está hablando, ¿de la que no se ve en la mayoría de las repúblicas del mundo, como la mexicana? Personalmente preferiría un poco de austeridad monárquica, como la que practican cotidianamente los funcionarios públicos del reino de Noruega”.
A lo que escribí hace casi seis años podría añadir nuevos casos de aparente corrupción de personas promovidas por AMLO, como el de la diputada veracruzana Eva Cadena, quien recibió dinero sucio, o el de la excandidata de Morena a la gubernatura mexiquense, Delfina Gómez, que le robó sus sueldos a sus empleados.
El discurso de AMLO del 9 de diciembre de 2011 estuvo plagado de falsedades, mentiras y promesas populistas. Desde antes y desde entonces así han sido sus discursos.
López Obrador es un hombre peligroso. Si llega a la Presidencia de México no será igual que Hugo Chávez, sino algo mucho más nefasto: la versión mexicana de Nicolás Maduro que llevará al país a la ruina.
@ruizhealy
Eduardo J Ruiz-Healy
BPG