Del Mazo y Ávila deben trabajar juntos desde ya
OPINIÓN/COLUMNA/ Eduardo Ruiz-Healy Entre el 15 de septiembre entrante y el 3 de junio de 2018, el próximo gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo, deberá actuar de manera tal que sorprenda positivamente al 67 por ciento de los mexiquenses que no votaron por él el pasado fin de semana y deberá demostrar que […]
OPINIÓN/COLUMNA/ Eduardo Ruiz-Healy
Entre el 15 de septiembre entrante y el 3 de junio de 2018, el próximo gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo, deberá actuar de manera tal que sorprenda positivamente al 67 por ciento de los mexiquenses que no votaron por él el pasado fin de semana y deberá demostrar que su gobierno será uno de cambios efectivos, que permitirán elevar la calidad de vida de los mexiquenses, disminuir los altos índices de corrupción e impunidad y combatir con firmeza a los delincuentes que cada vez controlan más zonas de la entidad.
Si Del Mazo actúa con la misma tibieza y falta de imaginación y audacia con que han actuado la mayoría de sus antecesores en el cargo –su papá y abuelo incluidos– es muy probable que en las elecciones del 3 de junio de 2018 la mayoría de los votos que se emitan en el Estado de México no sean para los candidatos priistas a la Presidencia de la República, a las 45 diputaciones del Congreso local y a las 125 presidencias municipales.
Los resultados electorales del domingo pasado muestran que el PRI, junto con el PAN y el PRD, han perdido fuerza y popularidad ante los votantes.
Por ejemplo, Del Mazo solamente obtuvo una mayoría de votos en 21 de los 45 distritos electorales locales en que se divide el estado. Esto significa una pérdida de 12 distritos si se toma en cuenta que el PRI ganó 33 diputaciones de mayoría relativa en las elecciones locales de 2015.
Por lo anterior, insisto en afirmar que, si el nuevo gobernador mexiquense no adopta medidas espectaculares durante sus primeros seis meses en el cargo, es muy probable que parte de sus primeros tres años en funciones tenga que enfrentar a un Congreso que esté en manos de Morena, un partido que nunca se ha caracterizado por querer llegar a acuerdos con los titulares de los poderes ejecutivos, federal o estatales.
Y serán los diputados de Morena que sean electos en 2018 los que podrán descarrilar los planes de Del Mazo. Después de todo, hace unos días la candidata de Morena a la gubernatura, Delfina Gómez, ganó la mayoría de los votos en 20 distritos electorales.
Entre esos 20 distritos figuran algunos que comprenden municipios que hoy gobiernan priistas, como son Cuautitlán Izcalli, Ecatepec, Tecámac, Teoloyucan, Tlalnepantla y Tultitlán.
Si el actual gobernante mexiquense, Eruviel Ávila, y su casi seguro sucesor, Del Mazo, no quieren que las elecciones del año entrante representen una catástrofe para su partido, desde ya deben trabajar juntos para que se vean resultados espectaculares en los meses que al primero le quedan en el poder, acciones que el segundo pueda continuar tan pronto asuma el cargo.
BPG