Constitución a debate. La Carta Magna tiene mil 500 “parches” y no hay acuerdo para una nueva
Algunos juristas consideran que el problema no está en la ley, sino en las personas que la aplican, y otros consideran que la Carta Magna ya es obsoleta para los tiempos y desarrollo social que se viven y se hace necesario redactar una nueva.
El doctor en derecho y exprocurador de la República, Jorge Madrazo Cuéllar, consideró que no se trata de redactar una nueva constitución, pues con ello no se garantiza que el mexicano vaya a cumplir con la ley y que los servidores públicos vayan a aplicarla con eficacia.
Detalló que una de las reformas urgentes es que los cambios propuestos a la Constitución sean sometidos a la opinión de los gobernados y no hacerlos unilateralmente.
“Lo primero que debemos cambiar de la Constitución es la forma de reformarla. La urgencia de la Constitución es que se cumpla con ella, y cambiar en lo que no se está de acuerdo con lo que dice la misma, ojalá un día cambiáramos el artículo 135 y las reformas fueran aprobadas por el pueblo, que hubiera una asamblea proyectista que genere un proyecto de reformas y que esas mismas se pusieran a consideración del pueblo”.
Consideró que si desde 1917 se hubiera cumplido con la Carta Magna, México no estaría “tronándose los dedos todos los días”, por ello antes de discutir que sí debe haber otra nueva constitución se debe montar el andamiaje necesario para que se cumpla con la ley, pues no hay razón de promulgar una nueva si va a seguir la suerte de las anteriores desde 1814.
Respeto
“Los constituyentes lo merecen, hicieron una gran Carta Magna, la primera que garantizó los derechos sociales, ahora a algunos les perece muy reglamentaria de los derechos sociales; les parece muy largo el artículo 123 o el 27, pero esos artículos le costaron a México un millón de vidas, un millón de muertos en la Revolución, la Constitución de 1917 es la Revolución hecha norma, pero ya se les olvidó, lo que necesitamos es cumplirla”, subrayó.
Intereses
El constitucionalista, Omar Ulises Salgado Castro dijo que los “puristas salvaguardas” de la Constitución la consideran una ley sagrada que el hombre no puede modificar, y por eso no quieren redactar otra. Aunque la verdadera razón es que se ven beneficiados con el estado actual de las cosas.
Explicó que el documento ha sido modificado y reformado en más de mil 500 ocasiones, y con el paso del tiempo los artículos reformados y leyes secundarias decretadas, se contraponen directamente al espíritu primordial del documento: la igualdad y el respeto de todos los mexicanos.
“Si nos ponemos a ver de forma meticulosa, en cuanto a todos los decretos y publicaciones que se le han hecho, van más de mil 500 cambios; un documento así evidentemente pierde su dimensión y esencia primordial”.
“Hay que actualizarla, llevarla a un nuevo derrotero. Necesitamos una nueva Constitución, no es cierto que sólo con aplicarla puntualmente con eso basta. Tenemos muchas leyes pero que no tienen sentido; por lo tanto, nuestra Constitución por ahí se va perdiendo, por ejemplo, en el mundo globalizado hay muchos aspectos de leyes internacionales que en nuestro país se están perdiendo”.
Por ello, dijo, es necesario redactar un nuevo documento que se adecue al momento histórico y a la sociedad cambiante con base en los fenómenos que se están presentando, pues las modificaciones que se hacen a la Constitución no son para beneficiar y garantizar la convivencia social, sino para defender los intereses particulares de cada uno de los grupos políticos en el poder.
Contradicciones
Consideró que la esencia misma de la Carta Magna, emanada de la Revolución, era contener a los grupos de poder y defender al pueblo de la voracidad de estos bloques, y ahora sucede lo contrario, son unos pocos los que interpretan, modifican y adecuan el texto constitucional para favorecerse y perpetuarse en el poder.
Puso como ejemplo los miles de amparos en contra del incremento al precio de la gasolina, de los cuales sólo han sido aceptados a trámite una ínfima parte, y la argumentación que está dando el Poder Judicial Federal, presuntamente con base en la Constitución, es genérica y metódica, sin tomar en cuenta las motivaciones sociales.