Alianzas delincuenciales
OPINIÓN / LA COYUNTURA/Vladimir Galeana Cada día nos despertamos con desastrosas novedades y, por desgracia, siguen evidenciando la descomposición de nuestro sistema político y la mendicidad de quienes se dijeron distintos y que al final salieron igual que aquellos a los que quitamos. Lo primero que se debe puntualizar es que la circunstancia que estamos viviendo no […]
Cada día nos despertamos con desastrosas novedades y, por desgracia, siguen evidenciando la descomposición de nuestro sistema político y la mendicidad de quienes se dijeron distintos y que al final salieron igual que aquellos a los que quitamos. Lo primero que se debe puntualizar es que la circunstancia que estamos viviendo no es por causa de nuestro sistema político, sino por la mendicidad de aquellos que siguen visualizando al gobierno como la forma más fácil de enriquecimiento.
Los viejos paradigmas que dieron inicio a uno de los sistemas políticos y forma de gobierno más eficientes y duraderos del mundo, aunque nunca pudo superar las desigualdades, tuvo una etapa conocida como “Estado de Bienestar” en los años sesenta del siglo pasado. Alcanzó a equilibrar modelos de vida entre las clases menesterosas, y propuso un modelo aspiracional al que denominamos “Clase Media”.
Nuestro problema fue que la llegada del neoliberalismo nos condenó a ensanchar aún más la banda entre pobres y ricos.
Afamadas eran las “comaladas de ricos” citadas por el vulgo como una forma de referencia a esas clases sociales que obtenían mejores condiciones de vida que los demás, porque trabajar en el gobierno propiciaba seguridad y, en ocasiones, riqueza. Con la llegada de la democracia y la alternancia las cosas cambiaron, pero cambiaron para mal, porque nuestros políticos se volvieron hampones, cínicos y voraces. Ya no fue solamente asegurar una vida de comodidades, los excesos llegaron para quedarse.
Vicente Fox, Martha Sahagún, Felipe Calderón, Genaro García Luna, Guillermo Anaya, Javier Duarte de Ochoa, Roberto Borge Angulo, César Duarte, Guillermo Padrés, Narciso Agúndez, Marcelo Ebrard, Rodrigo Medina, Fausto Vallejo, Rubén Moreira, Ángel Aguirre, por citar algunos, son los ladrones que llegaron con la alternancia política. Ni que decir de quienes ahora detentan las estructuras de gobierno.
El nuevo escándalo lo protagoniza Gabino Cué Monteagudo y su banda de malhechores, quienes hurtaron cerca de mil ochocientos millones de pesos en Oaxaca, a decir de Raúl Ruiz Robles, titular del Consejo Directivo del Centro Empresarial local. La política se llenó de saqueadores y malhechores, la alternancia y las alianzas sirvieron para darnos cuenta que todos son iguales y que todos roban de la misma forma.
¿Hasta donde esa alternancia resultó benéfica? porque solamente ha sido buena para quienes gobiernan. ¿Y la democracia? Aparte de ladrones, los políticos se volvieron cínicos. Todos se dicen puros y todos hurtan. Todos se llaman diferentes y todos son iguales. ¿De verdad la democracia es el mejor camino? Porfirio Díaz pacificó al país colgando a ladrones y salteadores de caminos. Ojalá no tengamos que llegar a eso. Al tiempo. mailto.
BPG